Nunca pensamos que las cosas ocurrieran de esta manera. Cuando lo elegimos pensábamos que cumpliría con ese
desgraciado lema que por ahora encierra toda su mendicidad: “Por el bien de todos, primero los pobres”. Tarde nos hemos dado cuenta de que los pobres están siendo primero, pero en la escala invertida de la calidad de vida en este país, porque hasta ahora se siguen acumulando en todos los rincones del país porque de lo que se trata es de empobrecernos a todos como ocurrió en Venezuela con Nicolás Maduro.
Esos pobres que siempre utilizo Andres Manuel López Obrador como bandera de su movimiento, son los que ahora han pasado al nivel de la miseria, porque de lo que se trata es de que sigan manteniendo esa esperanza de la que tanto hablo y glorifico en sus arengas públicas. Lo ideal para el presidente de la Republica es que los pobres se sigan acumulando, y a quienes más intentará empobrecer es a las clases medias, esa banda que con su esfuerzo y tesón han sabido alcanzar la plenitud laboral, esa que ahora les quitará Andres Manuel López Obrador.
La esperanza por desgracia ha sido hasta ahora un simple espejismo, y la realidad indica que en lo que queda del sexenio del tabasqueño, se habrán de dinamizar los proyectos de empobrecimiento para que todos dependamos de las dádivas institucionales, y tengamos que adherirnos por fuerza, si es que queremos llevar comida para nuestros hijos y familiares. Ese es el Mexico ideal de Andres Manuel López Obrador, el que nos pretende imponer en lo que resta de su mandato, y lo previsible es que desde ahora se comience a sentar las bases de un brutal fraude que habrá en la siguiente elección presidencial con la complicidad de los altos mandos del Ejército Mexicano.
Así ocurrió en Venezuela, donde Nicolás Maduro sigue matando de hambre a su pueblo porque es la forma más cruel y efectiva para someter a todos los venezolanos a sus determinaciones populistas. Así ocurrió en Nicaragua, que después de una revolución encabezada por el Frente de Liberación Nacional Sandinista, para sacudirse la tiranía de Anastacio Somoza con Daniel Ortega como líder máximáo, quien hasta ahora lleva más de cuarenta años en el poder manteniendo en la hambruna a los nicaragüenses.
Hoy los miembros de la llamada Cuarta Transformación tienen esa aspiración escondida en la careta democrática que todos los días enseña Andrés Manuel López Obrador, quien hasta ahora mantiene al borde del precipicio a la democracia mexicana que hemos construido después de una Revolución que nos costó más de un millón cuatrocientos mil muertes. Hasta ahora estamos entendiendo que su mejor aliado ha sido el crimen organizado, al que mantiene como una liga de fuerza especial para en el momento preciso alzarse al poder de forma totalitaria.
Si los mexicanos no reaccionamos en los siguientes meses podemos tener la seguridad de que estaremos perdiendo al México que durante tantos años hemos construido y edificado con instituciones que ahora nos han quitado porque de lo que se trata es de, insisto, edificar una tiranía como todas las que existen en la parte sur del Continente. Cerraría esta colaboración con la estrofa que hasta ahora todos conocemos: “Mexicanos al grito de Guerra”, nunca mas un gobierno totalitario en este país, nunca más un sátrapa ambicioso, nunca más Andres Manuel López Obrador. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.