El suicidio es el acto por el que una persona se provoca la muerte de forma intencionada, y por lo general es
consecuencia de un sufrimiento psíquico y desesperación derivando o atribuible a circunstancias vitales como pueden ser las financieras, las relaciones interpersonales, la soledad, enfermedades dolorosas, o el acoso psicológico. Este tipo de circunstancias pueden llegar a dar forma a una patología psiquiátrica y ser catalogados de trastornos mentales, depresión, bipolaridad, esquizofrenia, trastorno de la personalidad, y el alcoholismo y el utilizamiento de diversas drogas.
Las formas en que las personas buscan suicidarse varía en cada lugar y están parcialmente relacionados con su disponibilidad. Las formas más comunes de suicidio son el ahorcamiento, el envenenamiento, los plaguicidas, y la manipulación de armas de fuego. En el año 2016 fueron registrados ochocientos diecisiete mil personas que decidieron quitarse la vida. Pero también habrá que señalar que en el año de 1990 el número de suicidas fue de setecientos doce mil los muertos. Así, el suicidio es la novena causa a nivel mundial.
Pero existe un problema real del que no podemos desprendernos, y eso quiere decir que el suicidio es la novena causa de muerte en el mundo, elevándose a la segunda entre jóvenes de diez a veintinueve años. Pero este fenómeno es más común entre los hombres que entre las mujeres. Pero el problema es que cuando el intento de suicidio no se logra concretar, se acarrean lesiones e incapacidades a largo plazo. Los intentos no consumados son más comunes en hombres jovenes y mujeres en general.
Los especialistas han señalado que para prevenir el suicidio resulta efectivo abordar las causas y circunstancias a través de la psicoterapia, y algunas medidas limitantes del momento inmediato y previo al acto suicida son limitar el acceso a los métodos, es decir, la cercanía de un arma de fuego, drogas y venenos, o del abuso de sustancias. Hasta ahora los medios de comunicación han abdicado de la orientación acerca de los motivos del suicidio, porque vivimos en una vitamine de sucesos que satura no tan solo a los medios de comunicación, sino ahora a las redes sociales.
Algunos han tenido la brillante idea de establecer líneas telefónicas de ayuda, pero hasta ahora no existen resultados tangibles de su efectividad. Lo más preciso ahora es que están en marcha varios estudios de lingüística computacional que trabajan con algoritmos para detectar patrones en el lenguaje de la persona que planea un suicidio. No es un tema menor lo que ha venido ocurriendo en este país, y debiera ser abordado en la mayor parte de los medios de comunicación para evitar este tipo de conductas.
Uno de esos ejemplos de no saber que ocurre con su población es el estado de Durango, un estudiante de veinte años se convirtió en el séptimo suicida del mes, entidad que hasta ahora lleva cincuenta y cuatro de ellos. Sin lugar a dudas este tema tiene que ser considerado un problema de salud pública no tan solo en Durango, sino a todo lo largo y ancho de este aún maravilloso país. Me parece que la sanación de una sociedad comienza con la esperanza de una mejor vida. Así de simple. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.