Tras la duda...

¿DE VERDAD FUE CONTAGIO DE COBID? Sin lugar a duda Andres Manuel Lopez Obrador es un hueso duro de roer a la

hora en que muchos intentan escudriñar la forma en que se conduce e impacta en los grandes públicos de este país. Y no es que el presidente de la Republica sea un sabelotodo, porque hemos comprobado fehacientemente que su mayor aptitud es la astucia, y la ha utilizado en todas las etapas de su vida, incluso en aquella época en que asaltaba a los estudiantes de la UNAM cuando les señalaba que “no volverán a ser molestados hasta que florezcan las buganvilias” Si alguien intentara reseñar fielmente la historia de vida de Andres Manuel Lopez Obrador, tendría que hurgar por esos episodios en los que asaltaba a los alumnos que en sus horas de descanso pasaban esos momentos en las Islas de Ciudad Universitaria, y que no son otra cosa que la sombra de los árboles donde los estudiantes se resguardaban del sol, cuando no tenían clase de inmediato porque al diseñar sus calendarios había algunas de esas llamadas ““horas muertas”.

Andrés Manuel López Obrador ha sido un maestro en el arte de engañar, en la mentira como justificación, en el ardid para salir de problemas, y en la afirmación rotunda cuando necesita que sus adeptos se convenzan de esa realidad que todos, los días les relata a través de sus conferencias mañaneras. Su presunta enfermedad no fue tal, porque se dedicó en alma vida y corazón a seguir con la destrucción del entramado institucional de este país, porque
necesita el dinero que en ese entramado se invierte para seguir con sus propósitos de permanecer en el poder.

Andrés Manuel López Obrador López Obrador es un hombre acostumbrado al poder y al dinero. Sin esos elementos no es nada. Así lo ensayo todo el tiempo, y así tendrá que seguir haciendo gobierno, pero ahora con la disposición de los capitales del Estado Mexicano. Aquel, que pregonaba que siempre traía solamente un billete de doscientos pesos en su cartera, hoy dispone libremente del dinero que es propiedad de todos los mexicanos para mantener esa firmeza de convertirse en el mandatario más feroz de la historia, en el más corrupto, en el que ha alcanzado mayor poder que sus antecesores, pero, sobre todo, en que ha dispuesto de los mayores capitales gubernamentales para mantener sus constantes caprichos.

Es el hombre con mayor poder en la historia reciente de la Nación Mexicana, el que mayores riquezas ha acumulado, y el que dispone sin que alguno de los Poderes de la Federación pueda oponérsele cuando de realizar sus caprichos personales se trata. La Suprema Corte de Justicia ha estado dando muestras de fortaleza desde que la ministra Norma Piña llegó al cargo, y hasta ahora las andanadas desde Palacio Nacional no le han hecho mella alguna, porque es una mujer decidida a mantener esa representación que le ha dado la Nación.

Por mucho que se diga que estuvo enfermo de Covid, sus complicaciones basculares siguen anunciando la gravedad que hasta ahora mantiene de su sistema circulatorio. Qué bueno que no haya sido un infarto, pero que malo que siga empecinado en mantener en un puño a los tres Poderes de la Federación. Norma Lucía Piña Hernandez ha puesto la muestra cuando de tener valentía se trata, y no se doblegará ante los dicterios presidenciales, porque ella entiende muy bien que el encargo que se le ha conferido es parte principal de la legalidad del entramado Constitucional del Gobierno Mexicano. Ojalá que en lo sucesivo tengamos muchas mujeres como Norma Piña, porque Mexico las necesita en los meses por venir. Ojala de este ejemplo se nutriera la gobernadora de Quintana Roo, Mara Lezama. Al tiempo.

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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.