Sin lugar a duda los neoliberales le están haciendo el juego sucio al Presidente de la República porque todo lo, que
hace le sale mal. Y eso no puede ser más que un acto de brujería de los conservadores para hacerlo quedar mal con los mexicanos de todas las latitudes de este país. No sé si tengan pacto con el diablo, o a que santo se están encomendando para que las cosas le salgan mal a quien por ahora conduce no el destino, sino los desatinos de su gobierno que no acaba de consolidarse y mucho menos dar resultados.
La devastación para el trazo del trayecto del Tren Maya tuvo varios “asegunes” porque ahora resulta que se tumbaron infinidad de árboles que al final se convirtieron en un filón de riqueza porque esos árboles eran de maderas finas, y se los llevaron quien sabe a dónde. Dicen las malas lenguas que fue negocio de los hijos presidenciales, y que fueron enviados a Panama para ser trasladados al Medio Oriente. Y desde luego que este negocio fue encabezado por los hijos del presidente, que se han convertido en ricos empresarios.
Y esta circunstancia retrata en toda su dimensión al presidente López Obrador, quien engaña al pueblo con una presunta austeridad, mientras sus avezados hijos, que mucho le aprendieron a su padre, son los encargados de la realización de los negocios al amparo del poder. Los recursos maderables de la selva del sureste, con la estratagema del trazo del Tren Maya, ha sido uno de los negocios más grandes que se hayan hecho en el país, y por desgracia ese patrimonio ha sufrido una brutal devastación.
Otro de los grandes negocios no es otra cosa que la venta de los implementos que se habían construido en lo que sería el Aeropuerto de Texcoco, y que hace pocos días se comprobó que quienes han estado capitalizando son los amigos cercanos del súper empresario en que se ha convertido Andy, el hijo mayor, ese mismo sujeto que vivía en la Casa Gris en Houston, porque necesitaba tener el control de los depósitos que se realizaban en esa ciudad, después de entregar el petróleo mexicano a Deer Park que fue comprada por PEMEX, con la intermediación de Andy. De ahí su permanencia en la Casa Gris.
Ahora surge la versión de que los durmientes no soportaron la vibración en una de las pruebas del Tren Maya a causa de los recursos maderables no son aptos y que se destrozaron al paso de las pruebas. Con esto se prueba u se comprueba que todo lo que hasta ahora ha realizado el presidente de la Republica con sus obras faraónicas, no han sido más que una estratagema para que sus hijitos se queden con la riqueza que se genera con sus malditas decisiones encaminadas al hurto de los caudales públicos.
Sin lugar a duda el mayor saqueador de los caudales públicos en la historia de este país nos otro más que Andres Manuel López Obrador. Muy abajo han quedado cualquiera de sus antecesores, que por cierto eran hombres de poder y no simples ladrones, o advenedizos del poder que por desgracia su principal finalidad no ha sido otra cosa que la acumulación de riqueza. Aquel que trinaba contra los malos gobiernos es ahora el mayor ladrón de la historia de este país, y eso no se nos debe olvidar. Maldita su mendicidad y maldita su raza. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.