Sin lugar a dudas el Presidente de la Republica ha tomado la decisión de involucrarse en el proceso electoral de su
propia sucesión. Desde hace algunos meses soltó a las afamadas “corcholatas” para que fueran haciendo su luchita en torno a la sucesión presidencial que hasta ahora ha estado intentando controlar para evitar que se le salgan del carril aquellos a los que les ha otorgado el permiso para hacer campaña.
Ya sabemos que el inquilino de Palacio Nacional es muy proclive a entrometerse donde no lo llaman, y hasta ahora ha pretendido mantener el control de su propia sucesión, en donde por cierto doña Claudia Sheinbaum no las trae consigo, porque sus reuniones han sido pírricas y la gente no tiene ganas de acudir a sus cansadas disertaciones llenas de un profundo odio para los adversarios políticos de la mal llamada Cuarta Transformación, que hasta ahora no ha sido otra cosa más que una brutal regresión.
Y tiene razón el Presidente en estar preocupado por la contienda que se avecina, y que determinará quién será el hombre o la mujer que encabece el Gobierno Federal de este país en los siguientes seis años venideros. Para ser realistas, hasta ahora ninguno de los presuntos precandidatos ha dado el ancho porque no cuentan con una personalidad propia que les otorgue ese plus necesario para motivar a la gente.
El fenómeno de Xóchitl Gálvez ha pesado mucho en los últimos días en el ánimo del Presidente de la República, porque nunca se imaginó que una mujer, fuera de su partido, pudiera alcanzar la posibilidad de mantener una gran simpatía entre los mexicanos de todas las latitudes, y se atreviera a desafiarlo de manera pública.
Por lo pronto no tiene argumentos que puedan desgastar a la hidalguense, y tendrá que tragarse rodos los improperios que seguramente trae escritos en una libreta. Ahora no tendrá argumentos suficientes porque la mafia del poder está en Palacio Nacional, y los hijos han sido los mayores ladrones de la historia de este país. Así de simple la circunstancia presidencial. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.