Sin lugar a dudas el sexenio de Andrés Manuel López Obrador ha sido prolífico en estupideces, pero sobre todo el brutal
odio que siempre ha vertido contra aquellos que no se someten a sus designios. Para decirlo más claro, nunca antes un sujeto de esa calaña había llegado al Ejercicio del poder, y ahora que le quedan pocos días al frente del país, está buscando incansablemente la manera de someter a los demás Poderes de la Unión a su mendiga estupidez de convertirse en tirano.
Pero por si no lo sabe, una vez que deje de ser mandatario saldrán a la luz muchos de los ricos negocios que se han venido realizando desde Palacio Nacional, que le ha permitido competir con los hombres y mujeres que detentan los más grandes capitales en el Mundo, sin que hayamos sabido cómo edificó esa riqueza, porque nunca ha sido un empresario, y hasta ahora ha vivido de los nimios salarios que ha tenido desde que fue jefe de Gobierno y Ahora presidente.
Pero cínicamente ha mostrado en muchas ocasiones a los mexicanos que posee una gran fortuna, construida no sabemos en dónde y como. La base social que sigue manteniendo a fuerza de entregar dinero, que es de todos los mexicanos, y que lo ha utilizado para mantener como rehenes a los sectores más empobrecidos, le ha resultado un éxito en cuanto a popularidad.
Pero como dicen por ahí, todo lo que comienza termina, y por mucho que pretenda manipular a quien se encargara en el corto plazo del ejercicio del Poder Presidencial, le resultara difícil porque las circunstancias no son las mismas del episodio histórico que conocemos en este país como la etapa del Maximato, donde el vulgo etiquetaba al mandatario en turno señalando “aquí vive el presidente, y el que manda vive enfrente”.
Yo no sé si la señora Sheinbaum tenga los arrestos para separarse de quien hasta ahora la sigue manipulando, pero si quiere tener un lugar honroso en la historia del país, tendrá que marcar distancia de Andrés Manuel López Obrador, porque quienes la eligieron no tendrán piedad para hacer señalamientos si ella permitiera que el Aun mandatario la denigre intentando manipularla, lo que sería una atrocidad política.
Pero ya sabemos que el señor Andrés Manuel López Obrador tiene muchas ganas de seguir incidiendo en las decisiones que en el futuro inmediato le corresponderán a la presidenta de la República, y flaco favor le haría entrometiéndose en los asuntos de Estado que ya no le competirán. Si el presidente piensa que puede editar la segunda parte del Maximato, estará cometiendo un grave error histórico. Así de simple. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septién. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.