Sin lugar a duda, los momentos que vive este país son paradigmáticos de lo que se puede alcanzar desde los entre
telones del poder a través de la demagogia. Y la realidad de este país nos ha dado la certeza de que los políticos son muy gustosos de repartir dinero ajeno como si fuera propio, y esto constituye un brutal engaño, porque el dinero público es el que todos los mexicanos ministramos al gobierno a través del pago de nuestros impuestos.
Y eso quiere decir, sin duda alguna, que es nuestro dinero el que los políticos se gastan cínicamente para que los ciudadanos los acepten, quieran, adoren, admiren, y hasta agradezcan cuando son los días en que se entregan la diversidad de programas sociales como le llamamos en este país al dinero que muchos recibimos como dádivas de los mandatarios en turno, sin pensar que ese dinero es el mismo que nosotros hemos entregado como impuestos a las estructuras de gobierno.
Para decirlo más claro, ninguna ayuda es desinteresada, porque lo que esperan los gobernantes es que seamos nosotros quienes les agradezcamos las dádivas por la compra de nuestros votos en las elecciones de todo tipo que se realizan en este país. Para decirlo más claro, el engaño de los programas sociales no es más que la simple compra de la voluntad de quienes reciben esas ayudas o apoyos.
El consejo que yo le he dado a mis compañeros, amigos y familiares, es que acepten todos esos “programas sociales” que se han puesto en boga en este país, porque no son otra cosa que nuestro dinero, mismo que pagamos en la diversidad de cobros que se realizan desde la misma estructura gubernamental a través de los impuestos. Los gobiernos no regalan nada, porque el dinero público es el dinero que nosotros entregamos por la vía impositiva.
Por si usted no lo sabe, por todo lo que usted compra y adquiere esta pagando un impuesto, ese que después le entregan como apoyos sociales, y claro, que después de satisfacer los recursos necesarios para el sostenimiento de las estructuras de gobierno, donde quienes participan cobran sueldos onerosos que nada tienen que ver con la presunta austeridad Republicana a la que tanto acuden los miembros del gobierno.
Si a usted le entregan una dádiva, acéptela de inmediato, porque lo único que están haciendo es regresarle el dinero que antes le han cobrado con los impuestos que pagamos todos los días y que después los convierten en programas sociales, para que nosotros les agradezcamos la generosidad con que el gobierno nos comparte y reparte las dádivas disfrazadas de programas sociales. Sin lugar a dudas este México tan nuestro y tan saqueado por todos los gobernantes, sigue siendo un país surrealista en el que te roban y te devuelven para después pedirte el voto. Vaya con nuestra lamentable realidad. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septién. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.