No cabe duda que la Kakistocracia mexicana está presente en este alicaído país, que hasta ahora no encuentra a un solo
hombre o mujer que tenga tantita idea de lo que se requiere hacer para salir del lamentable espacio en que nos metió el destructor de la democracia en México, y quien nos dejó a doña Claudia Sheinbaum que hasta ahora tampoco ha entendido el papel que debe protagonizar para seguir adelante con este alicaído país que no acaba de asombrarse de las estupideces del género humano.
La doctora Sheinbaum tiene muy altas las calificaciones que le puso e impuso su creador, ese que hizo que los mexicanos se gastaran más de cinco mil millones de pesos en hermosear el lugar donde está su rancho, y desde donde tendrá la facultad de estar enviando las instrucciones a quien por desgracia eligió el Macuspano para que durmiera en Palacio Nacional.
Pero si algo debo reconocer, encarecidamente, es que los mexicanos tenemos una gran virtud, y eso quiere decir que cada seis años llegamos a las mismas conclusiones de un pueblo que hasta ahora no ha aprendido a diferenciar entre buenos y malos gobernantes, después de tener más de doscientos años eligiendo a gañanes y ladrones. Y lo generalizo porque eso es lo que han hecho los políticos desde hace muchos años.
Ahora resulta que el pedazo de imbécil que se llama Alejandro Moreno, y que se ha encargado desde hace algunos años de desmadrar completamente al otrora Partido Hegemónico, y que ahora pulula por los senderos de la perdición, lo que habla de que existe un contubernio con López Obrador para que los tricolores sigan perdiendo elecciones.
¿O usted lector priísta que opina de lo que acaba de leer? Porque si de algo tengo la seguridad es de que Alejandro Moreno ha tenido y mantenido un pacto con López Obrador para que el otrora “partidazo” se siga hundiendo en la desolación de sus pírricos militantes que cada día observan azorados que se están quedando sin militantes.
El mejor ejemplo de lo que digo es que Israel Betanzos ha sido el dirigente capitalino desde hace cerca de treinta años, y no es más que un pedazo de imbécil porque ni siquiera ha aprendido a leer los estatutos que desde hace muchos años debieron haberse reformado para siquiera mantener el registro, que en la siguiente elección van a perder. Y ni que decir de Alejandro Moreno, que lo único que ha mostrado y demostrado es un pedazo de imbécil. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septién. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.