Sin lugar a duda, aquello que se señala entre los mexicanos es una irrefutable verdad: “todo lo pasado ha sido mejor”.
Y no es que el ahora no sea como el ayer, pero hay una gran diferencia comparativa entre el antes y el después, porque hasta ahora esa cantaleta de que la mal llamada cuarta a transformación de la vida pública, hasta ahora no es lo que nos vendieron como un mejor futuro, porque el empobrecimiento ha sido brutal, y ni los programas sociales han podido sacar de la pobreza a millones de mexicanos.
Que bueno que existan los programas sociales, pero que malo que el país no cuente con las condiciones necesarias para que los mexicanos puedan tener un trabajo digno, y un salario seguro, porque hasta ahora la planta productiva y del empleo, está en decadencia, y los programas sociales nunca podrán suplir a los empresarios que hasta ahora son los que generan plazas de trabajo.
La principal función del gobierno es generar las condiciones propicias para que los empresarios puedan invertir con seguridad, y que los mexicanos alcancen a mantener su empleo en estos tiempos tan difíciles que venimos enfrentando desde que la mal llamada a harta Transformación se alzó con el poder del Estado Mexicano, y este país ha venido padeciendo los estragos de los gobiernos populistas encabezados por Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum.
Ninguna dádiva gubernamental podrá paliar la pobreza que detentan la mayor parte de los mexicanos, y que bueno que existan esos programas sociales, pero que malo que hasta ahora el gobierno de este país no se ha preocupado por realizar un pacto con los empresarios, como ocurría antaño, que le otorgaban a los mexicanos grandes posibilidades de vivir mejor, y de tener y mantener un gran sistema de asistencia social en materia de salud.
Por desgracia ahora esos grandes centros hospitalarios carecen de lo elemental porque desde que llegó López Obrador al poder comenzaron a escasear los medicamentos, pese a la gran bodega de la llamada "megafarmacia" que hasta ahora no sirve para nada. Y ni que decir del fracaso del Tren Maya, y de aderezo me permito recordarles que se destruyó la Base Militar de Santa Lucía para hacer el nuevo Aeropuerto de la CDMC, que tampoco sirve para nada.
La brutal estupidez del mesias macuspano le impidió a los capitalinos, y a los mexicanos de todo el país, tener y mantener un aeropuerto en Texcoco, y que por desgracia se quedó en un cascarón, cuando se decidió de manera caprichosa por Santa Lucía, otra estupidez más, de Andrés Manuel López Obrador, con tal de que sus hijos siguieran ganando cientos de millones de pesos que ahora gozan en sus bolsillos. mendigos desgraciados ellos y su padre. El fracaso del Tren Maya, y la corrupción de los hijos es algo que Claudia Sheinbaum tendría que castigar, porque ella es cómplice de esa circunstancia.
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septién. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.