El extinto Comandante Hugo Chávez nunca tomó protesta de su nuevo mandato en Venezuela. Esa es una verdad indiscutible y por lo tanto Nicolás Maduro usurpó el poder como Presidente ya que nunca fue votado y la Constitución no prevé el carácter hereditario del Poder Ejecutivo. Mientras realizó su campaña por la Presidencia obligado por la disposición constitucional de que se realizaran elecciones un mes después del fallecimiento del Presidente en funciones, esas que nunca protesto Chávez, el señor Maduro usurpó ilegalmente la presidencia tomando decisiones al margen de la ley. Contra todo lo que se pensaba, Henrique Capriles obtuvo una votación histórica ante el decremento del oficialismo en la voluntad de los venezolanos.
El resultado final es el principal indicativo de que la mínima ventaja que le proporcionó el triunfo al “chavismo” fue producto de las maniobras impulsadas desde las estructuras gubernamentales, con la complicidad de Tibisay Luecena, quien preside el Consejo Nacional Electoral, quien de forma cínica validó todas las argucias realizadas para evitar el triunfo opositor y proclamó como Presidente de la República Bolivariana de Venezuela a Nicolás Maduro Morós, pero también dejó en claro que no aceptará de ninguna forma la propuesta del Secretario General de la Organización de los Estados Americanos, José Miguel Insulza, al espetar frente al público que reclamaba por el resultado final: “¡Que nadie se equivoque, tenemos Presidente¡”. Con esta lapidaria sentencia de la titular del órgano electoral cargado plenamente hacia el oficialismo inicia una secuela poselectoral que resultará difícil y pudiera terminar de forma violenta.
Capriles tiene a la mitad de los venezolanos de su parte, con lo que Maduro deberá entender que no podrá seguir imponiendo a ultranza el proyecto de control social iniciado por Hugo Chávez, ni disponer arbitrariamente de los recursos provenientes del petróleo propiedad de los venezolanos para mantener la presencia de los regímenes de izquierda en el Continente. La preocupación es manifiesta entre los hermanos Castro en Cuba puesto que dependen con mucho de los cerca de diez mil millones de dólares que recibieron cada año del finado mandatario sudamericano. Cinco mil millones de ayuda directa y cinco mil por el pago de maestros y médicos que trabajan en Venezuela.
Las izquierdas representadas por Cristina Kirchner, Rafael Correa, Evo Morales, Daniel Ortega, y el ala radical del Partido de la Revolución Democrática en México se sumarán a las voces que reclamarán respeto para el resultado, pero quienes tienen que determinar el rumbo tendrán que ser los propios venezolanos. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.