Cosas extrañas han venido ocurriendo en México desde hace poco más de cuatro meses. Pareciera que existen casualidades que han colocado en un predicamento al gobierno de Enrique Peña Nieto.
Los problemas comienzan a apilarse y no se avizora que en el corto plazo exista la posibilidad de encontrar soluciones. Muchos jóvenes han tomado las calles desde que el ahora Presidente de la República visitara la Universidad Iberoamericana, donde fue increpado dura y espontáneamente por los alumnos, lo que dio nacimiento al afamado movimiento estudiantil #YoSoy132 cuyos integrantes crecieron en grado tal que cobijados por otras organizaciones sociales encabezaron varias marchas de protesta por la candidatura del señor Peña Nieto.
Una vez que se consolido el triunfo tricolor, durante la toma de protesta diversos jóvenes se agruparon para intentar evitar la protesta presidencial, y al no lograrlo hubo tal enojo que dañaron el mobiliario urbano. Después vendrían los maestros que se oponen a la reforma educativa impulsada por Peña Nieto porque sienten la amenaza desee reprobados por consigna para quitarles el trabajo. Por eso luchan, por eso protestan, por eso han salido a las calles. Otros protestaron tomando instalaciones académicas en Ciudad Universitaria. Son muchas casualidades las que se han venido acumulando para el gobierno de Enrique Peña Nieto.
Aplicando la teoría del nexo causal, el mismo relato podría resumirse de la siguiente manera: cuando se anunció que Enrique Peña Nieto acudiría a dialogar con los estudiantes de la Universidad Iberoamericana, de inmediato las estructuras del perredismo conformaron una célula para atacarlo y pedir su retirada, lo que resultó un éxito y del que nació una organización que aglutino jóvenes inconformes para salir a las calles con el pretexto de reclamar la democratización de los medios de comunicación. Después volverían a la carga generando caos y confusión durante muchas horas el primero de diciembre. Los daños fueron cuantiosos, los detenidos numerosos, pero casualmente pocos fueron los realmente culpables de los destrozos. Después las complicidades. Los diputados del PRD en la Asamblea Legislativa excarcelaron a los culpables legislando para disminuir las penas a los delitos tipificados.
Una vez separados del perredismo y aglutinados en Morena, López Obrador y Martí Batres siguieron con el plan de desestabilizar al país, y ahora serían los maestros los que tomarían el turno. Los actos vandálicos en Guerrero cesaran en Guerrero, pero seguirán en Oaxaca, Chiapas, Zacatecas, Michoacán y Morelos. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.