Algo raro está pasando en la Ciudad de México, donde la ley pareciera haber muerto dando paso a una febril actividad de los criminales. Son muchos los casos que se tienen registrados en los medios de comunicación donde la explicación sigue siendo que no existe criminalidad organizada aunque las evidencias muestren lo contrario.
La negación de lo evidente contrasta con la percepción de los ciudadanos, y por mucho que se publiciten explicaciones inverosímiles o poco creíbles, los ciudadanos han comenzado a mostrar signos de hartazgo frente a un gobierno citadino que se antoja débil e ineficiente, a la vez que cínico y desarraigado de las necesidades de seguridad para cerca de nueve millones de habitantes con que cuenta la Capital de la República.
El Barrio Bravo de Tepito ha sido durante muchos años el centro de la piratería a la vez que una cueva de ladrones, delincuentes, narcotraficantes, proxenetas, y falsificadores. La ley del más fuerte es la que impera en la zona, y ha quedado demostrado con las incursiones de los cuerpos de granaderos cuando los mismos delincuentes se han enfrentado unos contra otros, y se han unido nuevamente para evitar que las policías penetren a los lugares donde se resguardan los cargamentos de droga que surten a la mayor parte del centro del país, y donde se maquila toda clase de productos falsificados o piratas. Para decirlo de otra forma, dos de los negocios más florecientes de la delincuencia organizada en la Ciudad de México se dirigen desde ahí: piratería y drogas, que representan en el país utilidades de más de ciento cincuenta mil millones de dólares.
Por mucho que se hayan publicitado los operativos policiales para erradicar la violencia y la delincuencia, Tepito sigue ahí, floreciente y con los negocios fuera de la ley viento en popa. Pero curiosamente ahí tenían su centro de operaciones esas doce personas que desaparecieron misteriosamente del Bar Heaven en la Zona Rosa, y de las que hasta ahora las autoridades encargadas de la procuración de justicia no saben aún nada. La explicación de que no existe el crimen organizado en la Ciudad de México se derrumba, porque para ser muy desorganizada la criminalidad ha mostrado signos de una efectiva coordinación ante la desorganización de los cuerpos policiales que poco avanzan en sus investigaciones a causa de su desorganización.
La realidad es que de acuerdo a los resultados obtenidos, los criminales desorganizados tienen una forma de organización bastante efectiva ante la ineficiente organización de los cuerpos policiales que operan bastante desorganizados. El discurso del Jefe de Gobierno del Distrito Federal ha pasado a ser poco creíble para los ciudadanos porque insiste en negar la evidente organización de los criminales y en ocultar la notoria desorganización de las estructuras gubernamentales. Para solucionar un problema lo primero que se tiene que hacer es reconocer que se tiene un problema, y a partir de ello buscar soluciones, pero para desgracia de quienes aquí vivimos ni se aplica la ley a los criminales encubiertos, ni a los descubiertos como el crimen organizado que opera en Tlalpan, Coyoacán y Cuauhtémoc. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.