Ayer relataba en este espacio las peripecias del líder del Sindicato Nacional de Trabajadores del Metro, Fernando Espino Arévalo, y la forma en que ha recibido protección desde las más altas esferas del Partido Revolucionario Institucional en la Capital de la República y desde el mismo Comité Ejecutivo Nacional, con la complicidad del líder del Partido Verde Ecologista de México. No es nueva la disputa que las autoridades del Gobierno del Distrito Federal tienen con el señor Arévalo, quien hasta ahora les ha ganado la batalla porque a pesar de
que existen elementos para incriminarlo, no lo han podido hacer porque desde hace más de quince años cuenta con fuero legislativo al pasar de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal a la Cámara de Diputados brincando en la lista plurinominal de un partido a otro.
Muchas son las denuncias por las irregularidades en el manejo no tan sólo del patrimonio de los trabajadores, sino en la disposición de las plazas que hasta ahora ha dispuesto el líder sindical con la complacencia de las autoridades gubernamentales. Por lo pronto la propia Contraloría General del Gobierno del Distrito Federal ha tomado cartas en el asunto para ver hasta donde son legales las plazas de confianza que detentan los familiares cercanos del señor Espino Arévalo, pero sobre todo la forma en que fue llevada la controversia por la basificación de dos mil trescientas plazas de confianza, de las cuales alrededor de 170 de ellas han sido ocupadas por personal del sindicato, lo que habla de la gran improductividad de la fuerza laboral ante tanto “comisionado” que existe en las filas del señor Espino.
El Director General del Sistema de Transporte Colectivo, Metro, Joel Ortega Cuevas, señaló que las plazas fueron otorgadas en diciembre del año pasado sin la autorización del Comité de Administración y bajo presión, lo que considera es la principal irregularidad. Por lo pronto ya quisiera ver si el señor Ortega Cuevas tiene los tamaños para enfrentar a la mafia que encabeza el señor Espino Arévalo. Los antecedentes de ambos están dentro de los linderos del pillerismo, porque ambos cuentan con antecedentes poco claros en el manejo de los recursos y de las huestes que les han sido adeptas. Ortega Cuevas no es una perita en dulce, y sus antecedentes en la Delegación Gustavo A. Madero y en la policía del Distrito Federal hablan de que poco le importa lo que tenga que pasar para alcanzar sus fines.
A decir de Ortega existen diversas denuncias de trabajadores de confianza que fueron despojados de sus plazas por el sindicato, pero ante los amagos de la autoridad el sindicato también advierte que habrá retrasos en la operación de las líneas del metro, lo que de ocurrir seguramente causará un brutal caos y la pérdida de millones de hora trabajo hombre en la Capital del país. La lucha se antoja difícil, pero habrá que ver de qué están hechos los funcionarios del actual Gobierno del Distrito Federal. Al tiempo.This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.