SIN PUNTO Y COMA FÁBRICA DE POBRES

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De acuerdo a la información del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) correspondiente al análisis y la medición de la pobreza en el 2012, las cosas en este país no están nada bien, y mucho menos existen indicios de que se vayan a componer. México ha sido desde los inicios de su formación un país de contrastes

. Antes de la llegada de los españoles su organización social estuvo marcada por el vasallaje, y al paso de los años hasta nuestros días, pareciera que solamente hemos cambiado en costumbres, vestimentas, adelantos tecnológicos y modernidad, pero sigue presente el vasallaje de la inmensidad de pobres para seguir enriqueciendo a una clase pequeña de opulentos.

La polarización entre pobres y ricos encuentra su origen en tiempos ancestrales, y a pesar de los movimientos sociales que se han registrado, la pobreza sigue ahí junto con la diferenciación de clases. Para decirlo de otra forma, la contextualización actual de nuestra pobreza, de esa lamentable desigualdad que nunca hemos podido erradicar, data hace cientos de años. Eso quiere decir que durante doscientos años de vida independiente no hemos encontrado la fórmula para terminar con las desigualdades sociales, económicas y culturales, y seguimos observando a los pueblos originarios desde una óptica clasista. Hasta ahora un número importante de la población se ha mantenido en condiciones socioeconómicas similares a las de hace doscientos años, por mucho que las circunstancias hayan cambiado.

En la actualidad 45.5 de cada cien personas vive en la pobreza mientras un grupo de 11 ciudadanos mexicanos acumula una fortuna que alcanza los 125 mil 100 millones de dólares, lo que equivale al 12.4 por ciento del valor de todos los bienes y servicios producidos por la economía nacional en el término de un año. A pesar de la crisis que afecta al mundo desde hace cinco años, los mexicanos incluidos por Forbes en la lista de los más ricos incrementaron su fortuna desde 55 mil millones a 125 mil millones de dólares, es decir, tuvieron un incremento de 127 por ciento. Esto es una demostración fehaciente de que hemos fracasado en el intento de reducir el número de pobres, y quizá debamos pensar en modificar no tan sólo las políticas públicas, sino la forma en que se favorecen a los poderosos empresarios para que sigan enriqueciéndose.

En nuestros días, cerca de 213 mil personas concentran el 45 por ciento del Producto Interno Bruto, mientras que el restante 55 por ciento se distribuye en más de 116 millones de personas. Así de fácil se puede describir nuestra desigualdad y nuestra incapacidad. Pero también hay que decir que ninguno de los hombres más ricos del país pudo haber alcanzado el éxito y la fortuna si no hubieran contado con todo el apoyo de nuestros conspicuos gobernantes. La permisibilidad de los poderosos ha sido manifiesta en cada gobierno de la República. Los nuevos ricos sexenales son una tradición, y se suman a la clase privilegiada que sigue medrando de las estructuras gubernamentales. Es un círculo que tenemos que romper para alcanzar la verdadera justicia social. Al tiempo.This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.