Fausto Vallejo Figueroa ganó tres veces la Presidencia Municipal de Morelia, en el hermoso estado de Michoacán, y pese a su edad se convirtió en el candidato más viable del Partido Revolucionario Institucional para arrebatar la gubernatura al Partido de la
Revolución Democrática. Silvano Aureoles se quedó chiflando en la loma porque pensó que la llevaba fácil, pero el desastroso y desaseado gobierno de Leonel Godoy lo condenó de antemano a la derrota. El PRI recupero el estado que les arrebatara Cuauhtémoc Cárdenas, pero las cosas no marcharon como todos esperaban porque Fausto Vallejo estaba enfermo, lo que se manejó como secreto de Estado. Tarde se darían cuenta los michoacanos que eligieron a un hombre que no estaba en plenitud para encabezar un gobierno más eficiente y decente que los del perredismo.
Fausto Vallejo está enfermo, y aunque muchos afirman que está en fase terminal, la realidad es que con la licencia obtenida por seis meses más los tricolores evaden la posibilidad de ir a nuevas elecciones, por lo que una vez que transcurra el término el Congreso tendrá que nombrar un gobernador sustituto porque tampoco se avizora que pueda regresar a encabezar la administración estatal. Jesús Reyna no ha podido tampoco reorganizar la administración porque sus capacidades políticas no se lo han permitido, y mientras sigan los cotos de poder de aquellos que el señor Vallejo nombró, no habrá resultados tangibles porque pareciera que cada quien conserva su espacio para ejercerlo de conformidad a sus intereses.
Aparte de la febril actividad del crimen organizado y las presiones de las guardias comunitarias, ése fue el principal motivo por el que el Gobierno Federal decidió tomar las riendas del destino de los michoacanos. La entidad es un polvorín y la violencia seguirá enseñoreándose hasta en tanto existan condiciones para recuperar la normalidad pues muchos de los territorios son gobernados por los criminales. La entrada del Ejército, La Marina Armada de México y la Policía Federal Preventiva han sido proverbiales para comenzar a recomponer las cadenas de mando e intentar poner en práctica una estrategia de recuperación de territorios y por consiguiente el orden social.
Las confrontaciones entre grupos delincuenciales seguirán hasta en tanto la presencia de las fuerzas federales de apoyo puedan adquirir la confianza de los pobladores, porque quienes más cerca de ellos han estado son los propios delincuentes, aunque parezca descabellado. De ahí la decisión del Gobierno Federal de recomponer la administración estatal para tener bases de operación con la gente a la vez que avanzan Ejército, Marina y PFP con presencia en los territorios hasta ahora controlados por la criminalidad. La recomposición del tejido social pasa por ello y por la aplicación de la norma jurídica para garantizar la convivencia armónica de los michoacanos. Hasta ahora no se puede considerar que exista un estado fallido, pero todo indica que de no hacer algo pronto será el inevitable destino de uno de los lugares más bellos del país. El Gobierno Federal tiene la palabra. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.