Más les valdría a los miembros del Senado de la República ir considerando la posibilidad de desaparecer poderes en el Estado de Guerrero a causa de la incapacidad del Gobernador Ángel Aguirre Rivero para conducir el gobierno.
Mucho se ha recriminado al gobernante suriano su afición por las bebidas espirituosas que en la mayor parte de las veces lo llevan a perder la conciencia a causa de la cantidad que ingiere. No soy quién para juzgar sus vicios o aficiones, pero no concibo que el responsable de conducir el destino de más de tres millones de personas sea tan irresponsable, pero también debo entender que padece una enfermedad que lo incapacita para el raciocinio adecuado de lo que representa, y los compromisos que su cargo le impone.
La vorágine provocada por su empecinamiento de armar a los grupos que mantienen ligas con la delincuencia organizada, y que para desgracia de los guerrerenses reconoció como guardias comunitarias, tienen al estado al borde de una guerra interna y al punto del colapso de las autoridades legalmente constituidas. Ahora cualquiera que se sienta con ganas de convertirse en un moderno reivindicador, y para desgracia de este país la ignorancia en Guerrero es brutal, le importan un comino las leyes y quienes las representen porque piensa que está en su derecho de desconocer a quien se le pegue la gana. Los modernos justicieros han surgido en todas las latitudes del suriano estado, sobre todo en las regiones más atrasadas como son La Montaña y la Costa Chica.
Después de 24 horas de bloqueos en la carretera Acapulco Pinotepa Nacional, una de las tres más importantes, los policías comunitarios decidieron levantar el plantón porque en una semana serán recibidos por el Gobierno Federal en un diálogo en el que colocan de por medio la liberación de Nestora Salgado, quien se convirtió en la líder de estas nuevas expresiones armadas que incluso han agredido a las autoridades surgidas del mandato popular. Cabe señalar que la señora ha sido acusada de secuestro porque un día amaneció con las ganas de aprehender a más de veinte personas, las mandó detener, y las encerró en una cárcel que ella misma habilitó, y de donde fueron rescatados por el Ejercito Mexicano. Nestora Salgado fue acusada de secuestro agravado y enviada a un penal federal en Nayarit, donde seguramente será condenada a muchos años de reclusión por la usurpación que de las autoridades legalmente constituidas realizó.
Quizá haya sido la ignorancia, como también lo debe ser en aquellos que paralizan carreteras porque piensan que lo pueden hacer, e incluso sustraer bienes públicos federales condicionando su regreso al establecimiento de un diálogo de igual a igual con el Gobierno Federal. Por principio de cuentas habrá que hacerles entender que no es entre iguales, sino autoridades federales con simples ciudadanos que no pueden andar armados por los pueblos de la costa guerrerense, ni pueden dedicarse a robar o secuestrar porque pasarán varios años en la cárcel, por muy policías comunitarios que se sientan. Algunas veces la recuperación del estado de derecho puede provocar dolor, pero nunca injusticia, porque ésta siempre se colocará al lado de quienes le otorgan observancia y vigencia. Pero también hay que decir que lo justo es que Ángel Aguirre Rivero sea separado de la gubernatura para evitar que siga haciendo daño a Guerrero. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.