Para la mayor parte de los habitantes del Distrito Federal resultó un poco deslucido el primer informe de Miguel Ángel Mancera por la agresiva estadía de los maestros de la Sección XXII perteneciente a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, y a decir de la mayor parte de los encuestados por un periódico de circulación nacional, a quienes ha consentido simplemente por militar en las filas del partido que lo llevó al poder.
Lamentablemente no hubo mucho que decir de los poco más de nueve meses que lleva al frente de la Ciudad de México. Sea cual fuere el motivo de la permisibilidad para que colapsaran la cotidianeidad de la Capital del país el hecho suscitó comentarios afectos, adversos y perversos.
Pero hubo un hecho que marcó la ruta que se ha trazado el señor Mancera para los siguientes meses. Desde el inicio de su gobierno el tema recurrente ha sido la reforma política del Distrito Federal, y me parece que mucho tendrá que ver la relación que establezca con el Gobierno Federal para alcanzarla ya que hasta ahora no se ha discutido a cabalidad la forma en que se establecería la convivencia entre los Poderes de la Unión, los poderes locales, y la identidad de una megalópolis que se identifique como la Capital de la República a la vez que una entidad con soberanía plena. Desde luego que no resultará fácil.
Miguel Ángel Mancera eligió el peor camino y el peor momento para mostrar su decisión de trasladar el costo de las constantes marchas que se realizan en todas las latitudes de la Ciudad de México al Gobierno Federal. Y digo que el señor Mancera eligió el peor momento porque realiza un reclamo para que la Federación asuma los costos de las marchas, plantones y manifestaciones, cuando la percepción compartida es que muy poco hizo para detener los excesos de los maestros, militantes perredistas por cierto, que se afanan en antagonizar a Enrique Peña Nieto. Tiene razón cuando señala que la mayor parte de las protestas son ajenas al Gobierno de la Ciudad de México, pero da la casualidad de que las innumerables tribus del partido que lo llevó al poder son responsables de planearlas y ejecutarlas.
La petición que realiza el señor Mancera pareciera una perversa contradicción, pero también hay que decir que este presunto fondo de “Capitalidad” es algo normal en la mayor parte de las naciones europeas, por lo que no es descabellado su posicionamiento, sino el momento, la forma, y el fondo. Lo que me parece importante es que en el Distrito Federal los ciudadanos discutan el futuro que pretenden construir, pues la reforma política no debiera ser un traje a la medida para que el perredismo, el SME, la CNTE, y todas las organizaciones del Movimiento Urbano Popular se conviertan en un negocio para el gobernante en turno, y que los fondos los beneficien. No al negocio de los liderazgos perredistas. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.