Sin lugar a dudas Felipe Calderón Hinojosa regresará a México en el corto plazo.
No es que haya terminado su trabajo en Harvard, sino que viene a participar en la elección de la nueva dirigencia del Partido Acción Nacional en la que impulsará a su más cercano colaborador y el amigo al que más estima: Ernesto Cordero. Y regresa porque sabe que el señor Cordero es capaz de darse un tiro en un pie como se dice en el argot popular cuando de señalar que alguien no cuenta con la lucidez necesaria para acometer una empresa o encabezar un reto. Felipe Calderón viene a meter orden y a enderezar el entuerto en que se está convirtiendo la elección interna para su protegido, amigo y cómplice en muchas cosas a lo largo de su carrera política.
Ernesto Cordero tiene muchas ansias por encabezar al partido que estuvo a punto de postularlo a la Presidencia de la República, y que no respondió a las intenciones del entonces Presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa. Cordero recorrió el mismo camino que en su momento recorriera Santiago Creel Miranda, y se quedó con las ganas porque Josefina Vázquez Mota se hizo con el triunfo en la elección interna. Sus ansias de ser Presidente no terminaron ahí porque al menos tuvo en sus manos la Presidencia del Senado, pero ahora quiere liderar a su partido porque piensa que de hacerlo tendrá la oportunidad de construir su candidatura para el 2018.
En lo personal desconozco si efectivamente el señor Cordero tiene los tamaños como para aspirar a dirigir a su partido, pero definitivamente considero que no los tiene para dirigir al país. No tengo nada contra él, es más, ni siquiera lo conozco personalmente, pero cuando un político tiene la caradura para decir que con seis mil pesos mensuales una familia puede mantenerse, comprar casa, coche y enviar a sus hijos a la universidad, es que no tiene la mínima idea de las penurias que pasan los padres para alimentar a sus hijos con esa cantidad cada treinta días. Comprar casa, coche y pagar una universidad es un sueño que no cualquier padre alcanza, y no porque no gane seis mil pesos, sino porque con ese dinero no llega siquiera a tener coche, ya no digamos la casa. Ernesto Cordero carece de la sensibilidad elemental para encabezar un reto político. Si se desfondó en la elección interna me parece que desfondará a su partido si Calderón logra imponerlo.
Y para seguir siendo sincero, tampoco creo que el señor Felipe Calderón Hinojosa tenga la capacidad de colocar a su amigo en la posibilidad de que alcance la dirigencia de su partido, y no porque no sepa cómo hacerlo, sino porque cada vez que el señor Cordero abre la boca se hunde más. En todo caso, cualquiera de aquellos que lo han acompañado desde que dejo la coordinación en el Senado tiene mayor capacidad para ello, pero han sido disciplinados haciéndole creer que efectivamente tiene tamaños para alcanzar sus propósitos. Insisto, cada vez que Cordero abre la boca es para decir barbaridades, y no creo que con barbaridades se llegue a ganar una presidencia partidista. Callado tampoco, así que está bastante alejado de la posibilidad. A menos que Calderón comience a cobrar facturas de los favores que hizo en el pasado. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.