Ayer estuvo en las instalaciones de la Procuraduría General de la República para presentar la denuncia en contra del Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, por traición a la patria. Ya se había tardado, seguramente lo quiso hacer desde hace tiempo pero no pudo en razón de sus padecimientos de salud. Para
Andrés Manuel López Obrador no existen impedimentos con tal de mantener viva la ira de los desposeídos contra aquellos a quien llama e identifica como los poderosos. Conoce muy bien su mercado y lo manipula a placer. Es uno de los políticos más hábiles de la historia del país, quizá solamente comparado en carisma con Antonio Severino de Padua López de Santa Anna, aunque seguramente a muchos no gustará la comparación.
López Obrador tiene muy claro que Luiz Inacio Lula Da Silva llegó a la Presidencia de Brasil en su cuarta participación electoral, lo mismo que Francois Miterrand en Francia. Quienes piensen que su formato está agotado es que no han tomado en cuenta los recursos infinitos de un hombre que conoce profundamente la condición humana y la forma de manipularla. También sabe y conoce los efectos que logra en los partidos políticos que lo han abanderado, de ahí su alejamiento de ellos para culparlos del trabajo sucio que en su momento hicieron para incrementar su activismo y ministrarle recursos en suficiencia. Su paso por el Gobierno del Distrito Federal formó escuela, por eso muchos Jefes Delegacionales cobran diezmo a sus colaboradores y La corrupción se volvió cínica e impune.
Como señalé al inicio, López Obrador acudió ayer a la PGR a presentar una denuncia por el delito de Traición a la Patria contra Enrique Peña Nieto. Dice tener pruebas de que el Presidente de la República negocio en Estados Unidos e Inglaterra las reformas a los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución. Como siempre, nunca las presenta. Todo lo que hace y dice se basa solamente en su verdad, en su forma de ver ese mundo que espera todos asuman como suyo. Nunca ha tenido el mínimo pudor por el daño que causa con sus afirmaciones, porque lo único que le importa es lo que quiere, lo que pretende, aunque a su paso cause destrucción.
El delito de Traición a la Patria forma parte del capítulo de “delitos Contra la Seguridad de la Nación” que consigna el Código Penal Federal, y entre sus enunciados no existe una sola línea conductual del señor Peña Nieto que haga suponer lo que tan bien supone el señor López, pero también hay que decir que cualquiera puede ser susceptible de una acusación de este tipo porque todos tenemos el derecho de acudir ante la autoridad ministerial a realizar una denuncia. Pero también existe un principio jurídico que señala que al que afirma le corresponde la carga de la prueba, y en el caso que nos ocupa el dicente nunca las ha presentado porque todo está en esa imaginación que tan buenos resultados le ha dado para seguir manteniendo su base social.
Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.