Pareciera que los gobiernos encabezados por Acción Nacional se distinguieron por los magros resultados y la forma tan cínica en que dispusieron de los recursos públicos. No es nuevo que los gobernantes dispongan a su arbitrio de las rentas públicas, pero la manera tan burda como algunos lo hicieron raya en lo absurdo y
delincuencial. A la fecha la cuenta pública del 2002 que entregó Vicente Fox Quesada a la Cámara de Diputados no ha sido autorizada, y la causa es la desaparición de cerca de siento setenta mil millones de dólares de excedentes petroleros que a la fecha no han sido justificados, y no se sabe dónde quedaron o en qué fueron aplicados. Tampoco se ha tenido el valor de presentar las denuncias penales correspondientes.
Felipe Calderón también ha sido acusado de haber desaparecido más de doscientos ochenta mil millones de pesos, y no creo que pase a mayores pese a que el Auditor Superior de la Federación, Juan Manuel Portal, ha presentado las denuncias penales correspondientes. Ha sido tradición que los mandatarios entrantes oculten los asuntos irregulares en que hayan incurrido sus antecesores, lo que habla del sistema de complicidades y pactos en que se ha basado el milimétrico funcionamiento del sistema político mexicano. Los excesos del poder han sido registrados en gran parte de los episodios de la historia mexicana, y el mayor cáncer sin lugar a dudas es la corrupción, ese mal que nos acompaña desde el establecimiento del primer ayuntamiento en la Villa Rica de la Vera Cruz.
Enrique Peña Nieto es un hombre de poder, formado en las estructuras del poder, perteneciente a una familia de poder, y miembro del grupo de poder más afamado del país: Atlacomulco. Sabe para qué sirve el poder y lo que se puede alcanzar a través del poder. Su paso por la gubernatura del Estado de México fue el mejor entrenamiento que pudo haber tenido antes de alcanzar la Presidencia de la República al ser la entidad con mayor índice poblacional, y tan disímbola de un lado a otro como lo es el territorio nacional.
La ventaja que Peña Nieto tiene sobre otros políticos es que conoce profundamente las entrañas del poder político, y los recovecos del poder económico. Tradicionalmente los mandatarios destinan los primeros meses del encargo a conocer los alcances de la administración pública, pero en el caso del señor Peña fue distinto ya que elaboró un diagnóstico a partir de los resultados de las gestiones que le antecedieron, y se dedicó a reconstruir lo que la ineficiencia destruyó. Por otro lado ha sido un hombre acostumbrado a los pactos de poder para alcanzar metas y logros comunes, y eso fue precisamente lo que buscó cuando inició las negociaciones del llamado Pacto Por México. El resultado fue exitoso y el producto fueron esas reformas de las que tanto se habló en los últimos treinta años y que nadie pudo antes alcanzar. Peña lo hizo y al parecer también le alcanzará para las leyes secundarias que ahora están en proceso de estructuración y discusión. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.