Sin lugar a dudas muchos de nuestros políticos forman parte del crimen organizado oficial, ese que se mueve desde las estructuras gubernamentales en los tres órdenes de gobierno para cometer delitos y en la mayor parte de las veces para disponer cínicamente de las rentas públicas. La política debiera ser un noble ejercicio de servicio a los demás, pero la mayor parte de quienes se involucran en ella lo hacen porque es una de las formas más fáciles
e impunes de enriquecerse. Hasta ahora no conozco un político encumbrado que no sea rico, aunque ellos digan que lo son porque siempre lo han sido y sus familiares han tenido a la fortuna de su lado. Hace treinta años Elba Esther Gordillo andaba haciendo su lucha en Nezahualcóyotl, pero ahora dice que su familia siempre fue rica y con muchas propiedades en Chiapas, de donde es originaria.
Nadie que es rico de abolengo estudia para ser un simple maestro, con el respeto que merecen los mentores que han hecho de la niñez de este país hombres y mujeres de bien. Pero volviendo al tema, hay quienes se dicen puros y honestos y no pasan de ser parte de una generación de cínicos que merecen muchos años de cárcel. Cuando escucho a Dolores Padierna decir que lo que se espera es que se incauten los activos de Oceanografía para que pasen a manos de la nación como se hace con otros delincuentes, no tengo más que lamentar que no hayamos hecho exactamente eso en los bienes de ella y de su marido, el capo de capos en el Distrito Federal, René Bejarano Martínez.
La industria del cinismo es parte de la idiosincrasia de nuestra clase política porque muchos de ellos se contentan con dejar hacer y dejar pasar cuando debieran estar metidos de tiempo completo en la solución y resolución de los problemas de la gente. Otro cínico ejemplar es el señor Ernesto Cordero, quien se da golpes de pecho señalando una honorabilidad inexistente, y que de forma encubierta se hizo, con la sociedad de Alejandra Sota, la poderosa ex vocera presidencial de Felipe Calderón, del periódico El Financiero. Un periódico prestigiado como el que menciono vale mucho dinero, y fue mucho dinero el que pagaron por él para tener un medio de comunicación a su servicio para seguir con la finalidad de apropiarse de la Presidencia de la República para seguir saqueando al país.
La mayor parte de los políticos son hombres y mujeres encumbrados, y la mayor parte de ellos no tienen problemas con los procesos de corrupción dándose golpes de pecho. Cínicamente Iris Vianey Mendoza solicitó separarse un mes para que la PGR investigara si mantenía nexos con Los Caballeros Templarios. Al cabo de treinta días regresa sin que la PGR se haya manifestado al respecto porque no tenía nada que hacer hasta en tanto no hubiera una denuncia. Habrá que decirle a la michoacana que una cosa es no investigar porque no existe una denuncia, y otra es exonerar cuando no hay culpabilidad. Como señalé al inicio, la industria del cinismo es parte intrínseca del sistema político mexicano. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.