El Partido de la Revolución Democrática cumplió un año más de vida. Tuvo que llevar afamados grupos musicales para que la militancia acompañara a los dirigentes. De no haberlo hecho así, el evento habría pasado como una simple reunión entre dirigentes nacionales y locales, de esas que tienen de vez en cuando para determinar acciones y visualizar qué tanto puede el escándalo seguir afamándolos porque las propuestas no dan para mucho. Han sido 25 años desde aquella vez en que Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano decidiera retirarse del partido que llevó a su padre a la Presidencia de la República. La razón es que el PRI había perdido su vocación social para convertirse en una guarida de hombres y mujeres que buscaban el poder por el poder y no el servicio a los demás. De no haber tenido Cárdenas el liderazgo para unificar a las expresiones dispersas de la izquierda mexicana, el PRD no existiría.
La izquierda ha estado presente en la vida política de este país desde hace mucho tiempo, y prueba de ello es que el proyecto político y reivindicatorio de la Revolución Mexicana encuentra sus orígenes dentro de su marco ideológico. Y para ir más allá, el propio Partido Revolucionario Institucional nace como un partido socialista, aunque en el paso del tiempo mutó hacia la derecha más por conveniencias políticas que por afinidad con el partido que surgiera diez años después bajo la égida de Manuel Gómez Morín. La ventaja del PRI sobre las demás fuerzas políticas es que nació como una necesidad y no como una propuesta alternativa. El PRI nació dentro del sistema y el sistema se enraizó en el PRI, de ahí que cuando el PAN alcanzó el poder se tuvo que convertir en una mala copia del PRI para que las cosas funcionaran. Tarde entendieron sus principales exponentes esa metamorfosis y al final tuvieron que irse. La crisis que ello les generó se profundizó en grado tal, que los otrora compañeros parecen ahora irreconciliables enemigos.
Regresando con el deslucido festejo del PRD, tampoco se alcanza a visualizar cuando inició su tránsito hacia la derecha del espectro ideológico. Y lo señalo porque desde el momento en que aquellos que lanzaban encendidas prédicas reivindicatorias se convirtieron en complacientes participantes de la ese cáncer llamado corrupción, y que adoptaron inicialmente por convenir a los intereses del partido, y después a los intereses propios. La izquierda que representa el Partido de la Revolución Democrática se mantiene solamente en el discurso, en el debate, en la práctica, y en las acusaciones que se lanzan contra los demás cuando de asumir la defensa de la patria se trata.
El PRD cumplió un año más de vida y cada día se aleja más de los postulados que le dieron origen. El propio Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano lo advirtió en esa reunión de cínicos que encabezó, y donde prefirió no extender la mano a quien representa a la corriente interna más corrupta. Sabe que es el único que puede conducirlos para volver al cauce y a las causas que dieron origen a su formación. Habló claro y conciso, pero eso no garantiza la solución porque los intereses personales están por encima del partido. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.