Pareciera que el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso, tiene muchos enemigos. El hecho de que haya tenido que bajar las expectativas de crecimiento del Producto Interno Bruto a 2.7 por ciento después de que lo estableciera en 3.9 para el presente año, ha desatado una brutal ola de comentarios negativos acerca de su gestión y las responsabilidades inherentes a su cargo. Muchos han llegado a comentar que en el corto plazo tendrá que renunciar a causa de sus desaciertos en la conducción de la política económica de la gestión del Presidente Enrique Peña Nieto. El linchamiento mediático ha sido agresivo y en la mayor parte de las veces proviene no tan sólo de sus adversarios políticos, como pudieran suponerse a panistas y perredistas, sino del mismo sector al que le corresponde regir.
Tampoco es que en el corto tiempo que lleva al frente de la dependencia que le encargo el Presidente Peña haya hecho enemigos tan poderosos como para poner en riesgo su permanencia en el gabinete, pero estamos viviendo una etapa donde los tiempos y las necesidades de los habitantes de este país están por debajo del interés de los grupos políticos y los emporios económicos. Luis Videgaray se ha convertido en el blanco de los ataques de los grupos de interés, y algunos identifican a Guillermo Ortiz, ex Director del Banco de México, como el hombre que encabeza las andanadas a causa de sus diferencias en el manejo de la economía del país.
La circunstancia también ha sido aprovechada por el perredismo cuya dirigencia ya solicitó explicaciones del porqué no se ha crecido como se proyectaba, y la precisión de las acciones que se tomarán para detener el deterioro de la economía. Por principio de cuentas el PRD como institución política no tiene facultades de solicitar cuentas, ni siquiera sus representantes populares, y tendrán que esperar al informe anual del Presidente de la República para conocer los pormenores de los avatares de nuestra economía.
El replanteamiento del titular de la Hacienda Pública del país ha sido sobre la base del 2.7 por ciento de crecimiento en el Producto Interno Bruto para este año. Pareciera ilógico que se pretenda sacrificar a un funcionario simplemente porque no se alcanzaron las previsiones de crecimiento proyectada sobre el 3.9 por ciento, sobre todo cuando apenas estamos en el quinto mes del año. Pero si algo hay que aclarar es que el crecimiento de la economía y del Producto Interno Bruto en este país en los últimos veinte años ha estado por debajo de los 2.4 puntos porcentuales, y en el caso de que se cumplieran las previsiones de Videgaray con el ajuste al 2.7 por ciento, se habría convertido en el mejor Secretario de Hacienda de los últimos veinte años. Luego entonces el pretendido sacrificio tiene más tinte político que otra cosa. Insisto, ya estamos en la lucha electoral del 2015. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.