Señala la sabiduría popular que "mal comienza la semana al que despescuezan en lunes", y parece que hay funcionarios empecinados en comenzar la semana dando pasos en sentido contrario a lo que señala el sentido común. Muchos son los que hacen declaraciones sin ton ni son y otros más los que ordenan hacer cosas de las cuales no tardan en arrepentirse.
Un ejemplo de ello es el señor Jesús Rodríguez Almeida, quien intenta por todos lados que los que habitamos en el altiplano mexicano entendamos que no existe crimen organizado en la Capital de la República, aunque las evidencias de lo contrario sean muchas. De lo que se trata es de ocultar nuestra lamentable realidad, y pese a que lo repite a cada rato, la mayor parte de quienes aquí habitamos sabemos que esa afirmación es una de las tantas mentiras que acostumbra utilizar con tal de cambiar percepciones a los capitalinos.
Pero dejemos de lado al señor Rodríguez Almeida y analicemos un problema que se ha presentado recurrentemente en la mayor parte del territorio del Distrito Federal: El cobro de piso. Hace muchos años se desató la fiebre por el control de las calles, hasta alcanzar un grado prácticamente delincuencial. Para qué se entienda mejor, hace muchos años que las calles dejaron de ser nuestras y pasaron a se propiedad de una caterva de malandrines que las controlan y las administran. Y hay que aceptar que lo hacen con todo el apoyo de las autoridades, porque solamente responden a los intereses de quienes tienen la capacidad institucional de regular y a la vez de colocarlos para que se conviertan en trabajadores de intereses bastardos. Los viene viene, o franeleros como también se la conoce, son los dueños de esas calles que alguna vez nos pertenecieron.
Pero también existen apetitos gubernamentales para disponer de mayores recursos para el ejercicio gubernamental. Ahora son muchos los funcionarios públicos que pretenden erradicar a los franeleros de las calles para la colocación de parquímetros en las zonas de mayor afluencia vehicular. O séase que el negocio cambiara de manos porque ya visualizaron el filón de oro que hay en ese negocio, el de permitir el estacionamiento público. Pero en esa lucha del dinero podemos también encontrar contradicciones en los interesados. Un ejemplo es que Mauricio Toledo, Jefe Delegacional en Coyoacán decidió colocar parquímetros arbitrariamente, después tuvo que realizar una consulta popular a causa de que la gente se le fue encima. Por cierto nadie se colocó del lado de los ciudadanos más que los medios de comunicación.
Jorge Romero, Jefe Delegacional en Benito Juárez, decidió de la noche a la mañana colocar parquímetros, y la primera en brincar ahora fue Dinora Pizano, diputada perredista que no dijo nada cuando el gobernante de su partido los quiso imponer en Coyoacán. De lo que se trata es de jeringarle la borrega a los adversarios y consentir a los propios, aunque eso signifique volverse cómplice en eso de esquilmar a los ciudadanos. ¿Habrá consulta? Desde luego, porque el PRD es mayoría en la Asamblea y porque hay una gran diferencia entre Coyoacan y Benito Juárez. Allá gobierna un perredista, y en Benito Juárez un panista. Los Bollos de Jorge Romero terminarán valiendo poco. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.