Sin lugar a dudas el Partido de la Revolución Democrática ha dejado de ser lo que un día pretendieron sus fundadores que fuera: representante genuino de las izquierdas mexicanas. Sí mal no recuerdo, desde su fundación se convirtió en un bodrio ideológico a causa de las innumerables corrientes urbanas que lo conformaron. Nunca supimos que tipo de izquierda postulaban
en sus documentos básicos, porque hay de todo, desde marxistas hasta maoístas trasnochados que todavía siguen añorando aquel estado totalitario que la propia China abandonó hace muchos años cuando Den Xiaoping visito Corea y regreso a decir a los viejos camaradas maoístas que lo habían acompañado en la Gran Marcha, palabras más palabras menos: "la verdad compañeros es que enriquecerse es glorioso. A mí no me importa si el gato es pinto o pardo, lo único que me importa es que cace ratones".
Después de transcurridos algunos años de aquellas luchas urbanas con la bandera de la reivindicación y el derecho a una vivienda digna, porque hay que señalar que en ese rubro se engloban la mayor parte de las organizaciones que después conformarían lo que hoy es el PRD, al cabo del tiempo lo que observamos es esa transformación que veía Den Xiaoping y que resumió en la frase: "la verdad es que enriquecerse es glorioso". De todos aquellos que conocí en la lucha de las calles, no queda ninguno. Ahora todos son ricos y se ufanan de ello exhibiendo se en los mejores restaurantes y presumiendo sus caros ropajes y accesorios personales. Algún día me dijo un amigo cuando los observaba compartiendo viandas en caro restaurante del Centro Histórico de la Ciudad de México: "ya probaron lo bueno, ya no pararan". Palabras sabias de ese amigo, porque si alguna clase corrupta ha tenido esta ciudad, la del perredismo la ha superado con creces.
Todo esto sale a colación por el mandato de un juez argentino de embargar las cuentas del Partido de la Revolución Democrática por adeudos que tiene con el otrora exitoso y generoso empresario Carlos Ahumada. Ante esta circunstancia el Secretario General del partido, Alejandro Sánchez Camacho, quien desde hace muchos años porta el apodo de "Mascarita Sagrada", y cuyo origen se remonta a Los Panchos Villas, la organización más corrupta y violenta del Movimiento Urbano Popular y detentadora aún de más de nueve mil taxis piratas que circulan impunemente todos los días por las calles de la Ciudad de México, señalo en clara alusión al presunto romance que en su momento tuvo Rosario Robles con el empresario, "si es un convenio de carácter particular entre Rosario Robles y Carlos Ahumada, pues que se entiendan ellos solos y no involucren a nuestro partido.
Vaya que les calo hondo a los dirigentes perredistas la decisión del juez argentino, pero también hay que decir que son mal agradecidos. Carlos Ahumada represento para muchos de ellos la forma de sacar el dinero de las estructuras gubernamentales para hacer ese guardadito que ahora los mantiene viviendo como si hubieran sido ricos de abolengo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.