Justo de la misma forma en que hoy el seleccionado mexicano decidirá su suerte ante su similar de Suecia, los electores mexicanos veremos también este miércoles –el día que quiebra la semana- el final de las campañas políticas de cara a los
comicios del domingo próximo en que se decidirán unos 3.400 cargos públicos. Paradojas de la vida, sin duda, que ambos fenómenos, uno deportivo y cívico-político, el otro, converjan en un solo día.
¿Qué pasará? La moneda está en el aire. México, conforme el resultado de sus dos últimos partidos en el mundial de Rusia y en particular por su triunfo sobre el campeonísimo equipo de Alemania, debiera refrendar este miércoles ante los suecos la calidad de su fútbol en esta fiesta mundial del balompié. Confiamos y apostamos a que esto ocurra y el equipo mexicano se coloque a la cabeza de su grupo, junto casi seguramente con Alemania, si es que la escuadra teutona se impone a los surcoreanos, como es previsible. Los surcoreanos, claro, ya dijeron que sudarán la camiseta y harán un enorme esfuerzo por vencer las expectativas que favorecen a su rival.
Es obvio que sería una enorme desilusión y frustración nacional una eventual derrota mexicana en la Arena Ekaterinburgo, el escenario con capacidad para 35 mil espectadores del duelo entre mexicanos y vikingos por un sitio en los octavos de final dentro del grupo F del Mundial de Rusia 2018. Veremos qué ocurre esta mañana. Apostamos a ganar y avanzar.
En la arena político-electoral, las cosas traen una buena noticia para este miércoles: el final de unas campañas acedas, con esbozos apenas de propuestas, profundas mentiras, propuestas mentirosas y populistas a más no poder, innecesaria y torpe violencia verbal, guerras sucias, asesinatos selectivos, amedrentamiento, amenazas, escenarios catastróficos para el país, una enorme descalificación del adversario y, lo que es peor, unas encuestas que apuntalan a López Obrador, pero que lucen inverosímiles y, más todavía, que de confirmarse el domingo próximo, conducirían a un escenario nacional aún más inverosímil. ¿Increíble, no?
Y anticipo un escenario inverosímil debido a que si Pepe Meade gana, ¿quién lo va a creer? ¿Qué artilugios podrían explicar el salto de Meade desde un tercer sitio en prácticamente todos los sondeos hasta el pódium de honor del primer lugar electoral? ¿Sería creíble?
También tendríamos un escenario inverosímil en caso de confirmarse la precisión y exactitud de las encuestas, al anticipar el triunfo de López Obrador. Tendríamos bajo los ojos del electorado una hazaña política sin precedentes en México. ¿Sería creíble que una inmensa mayoría de electores mexicanos retó al sistema de esa forma? ¿Sería creíble una derrota semejante del PRI?
Y por último, ¿Habremos de aceptar que todo el aparato del estado resultó precario para impedir una derrota colosal? Faltan unas horas para conocer el desenlace de una primera etapa e iniciar otra, todavía más incierta y peligrosa. Ojalá nos acompañen la calma, serenidad y sensatez, pero sobre todo el respeto y la contención. Ojalá.
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