La Guardia y el pato

SINGLADURA

Pues yo lo veo desde un ángulo distinto, señor secretario Alfonso Durazo. No
es que le quiera aguar la fiesta, para nada. Pero si veo que la Guardia Nacional, más allá que un ente civil, es un organismo de inspiración, formación y práctica militar. 
Se constituyó, según usted mismo apuntó, por 35 mil policías militares del Ejército y ocho mil más de la Marina. Esto no cambia su esencia, tampoco los ocho meses de entrenamiento sobre uso de la fuerza, control del uso de la fuerza y, menos mal, conocimiento del respeto a los derechos humanos. Ojalá.  
Coincido en este sentido con Alejandro Madrazo Lajous, investigador y catedrático del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), quien declaró públicamente hace poco que "por más que subrayen 'policía' antes de policía militar, son militares, por más que digan que hay un mando civil porque el presidente es el comandante supremo, el mando operativo es militar, estará dentro de la Secretaría de la Defensa Nacional, el entrenamiento será militar, el equipamiento será militar, la disciplina será militar, cambiarle los nombres no cambia al entrenamiento".
Con el nombramiento la víspera de los cuatro altos jefes militares ¿qué puede pensarse? ¿En un organismo civil?
Déjeme decirle algo que dudo mucho usted desconozca: los militares, aun los retirados, nunca dejan de ser militares. Esto es un hecho incontrovertible. 
Claro, entiendo que usted tiene que decir lo que dice: la Guardia nacional es civil por donde se le vea. Es usted un funcionario disciplinado, y así debe de ser, como los militares, que nunca dejan de serlo, insisto, se disciplinan siempre a sus superiores. Vaya usted y dígale a cualquier militar mexicano, incluso en retiro, que no lo es y ya escuchará lo que contestan. 
Entiendo las premuras que enfrentan usted y el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador para enviar a las calles a los militares miembros de la Guardia Nacional. El país está mucho más urgido que ustedes, le aseguro. Pero seguirán los militares al mando de la seguridad doméstica de México como consecuencia de las pésimas prácticas y lacras que anidan en los mandos policiales, hoy en virtual quiebra.
Cuando usted, señor secretario Durazo, dice que el señor general Luis Rodríguez Bucio es un militar en proceso de retiro y que de no ser así, solicitaría licencia o permiso una vez que asuma el cargo, “con lo que retoma su condición de civil”, no es cierto. Se lo digo, como usted dice que analizará los argumentos de los opositores a una guardia militar, “con todo respeto”.
¿Habría que recordar aquella fórmula del pensamiento inductivo que hace ver después de todo que si parece un pato, nada como pato y grazna como pato, entonces probablemente sea un pato. Espero sin embargo que los patos no tiren como escopetas, o peor aún, que el pato termine por cazar al ganso.
 
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