La gestión de Sanjuana Martínez al frente de Notimex suma casi 14 meses de desaciertos, atropellos, mentiras, muchas mentiras y hasta una huelga que en
conjunto configuran un descalabro mayor contra el anuncio del emprendimiento de una transformación radical de la Agencia de Noticias del Estado Mexicano. Y las cosas van para peor según reveló la víspera una investigación de Signa_Lab y Artículo 19 que recibió una amplia difusión en Aristegui Noticias.
La pregunta ahora es si el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien designó a Martínez, estará dispuesto por vez primera y de una vez por todas a poner un alto en el camino de ilegalidad que mantiene a buen paso esta señora desde que asumió el mando de Notimex en marzo de 2019.
Artículo 19, una organización internacional creada hace más de 30 años para defender la libertad de expresión y el derecho a la información, justo pidió la suspensión de la directiva que comanda Martínez en tanto se investigan los hechos denunciados, según los cuales desde el seno de este medio público se ha orquestado una campaña en redes sociales para agredir a periodistas y ex empleados de la agencia, que la directora de Notimex considera adversarios. Incluso, dijo Ortiz Escámez, Martínez le ordenó dejar sin cobertura periodística al titular de Educación, Esteban Moctezuma Barragán, se intuye que por intereses personales de Martínez, quien se estaría comportando como una cacique de pueblo con aspiraciones de convertirse en dueña y señora de vidas y honras.
En ese propósito, alentado según las denuncias por la propia Martínez, se habría incurrido en delitos. No es menor la acusación, fruto de una investigación. Es más bien un señalamiento grave, delicado, e incluso contrario a los compromisos públicos del presidente López Obrador en materia de verdad, honestidad y respeto, incluso con quienes lo adversan.
Los señalamientos de Artículo 19 y de Signa_Lab merecen, exigen la atención presidencial, que recién denunció una epidemia o “infodemia” de sus adversarios. Resultaría paradójico y contradictorio, pero sobre todo ilegal, que parte de esa plaga –que existe, claro- involucrara como un participante activo a un medio público como Notimex.
Martínez, claro, en el mismo espacio de Aristegui, negó las acusaciones. “Absolutamente falso”, dijo sobre los señalamientos directos y que incluyeron a Manuel Ortiz Escámez un periodista invitado por Martínez para sumarse al equipo directivo de la administración que encabeza Martínez desde marzo de 2019. Ortiz Escámez fue luego despedido por Martínez, como otros tantos miembros del equipo inaugural que apareció en NTX con la 4T y que a lo largo del primer año de gestión se fueron o los fueron de la Agencia por discrepancias con la conducción de la titular.
Los argumentos de Ortiz Escámez resultan graves y podrían ser demoledores para Martínez, una periodista con un historial al menos polémico y cuyo ascenso a la cima del periodismo oficialista suma ya demasiados tropiezos, escándalos, pero sobre todo acciones que transgreden normas del derecho laboral. Un ejemplo de esto último es la forma en que Martínez consumó el despido arbitrario, injustificado e ilegal de más de 200 empleados de la Agencia. A la fecha, la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje busca dictaminar varias decenas de demandas laborales contra Notimex. No sólo eso. La administración de Martínez impuso decenas de liquidaciones a trabajadores por debajo de las previsiones de ley. Muchos aceptaron por la necesidad económica de ellos y sus familias.
Pero como bien lo anticipó Ortiz Escámez, Martínez volvió a negar sus faltas. Las encubrió con una palabra providencial: “falso”. Lo hizo apenas los primeros días de mayo para descalificar un reportaje de El Sol de México, que obligó a un carteo con el director editorial de ese rotativo, Hiroshi Takahashi.
En noviembre último, Martínez también consideró “falso” un informe publicado por Proceso, su ex casa periodística.
Así que el nuevo escándalo, una especie de Notimexgate, se suma a otros de la señora Martínez, que parece obstinada en buscar adversarios en cualquier esquina o rodearse de colaboradores sumisos, genuflexos y sin experiencia, por ejemplo, en la operación de una agencia noticiosa.
Curioso, para decir lo menos, es que Martínez administra además una agencia como Notimex en medio de una huelga laboral iniciada en febrero pasado. El conflicto sindical podría eternizarse sin que la Dirección General haga nada para resolverla. Rarísimo. Otro día comentaremos sobre esta huelga, que desdeña quien debería resolverla, o ¿corresponderá acaso esta tarea a alguien más?.
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@RobertoCienfue1