Y vuelve la mula al trigo…

Viene como anillo al dedo la celebérrima frase de “vuelve la mula al trigo” para aludir el desgarriate –para brincar el uso de otra expresión más castizamente mexicana- en que se ha convertido el avión presidencial TP-01,

 también conocido con el nombre de José María Morelos y Pavón, que mañana jueves se prevé aterrice de nueva cuenta en México y sea guardado en el hangar presidencial del AICM en espera de ver qué pasa, mientras eso sí, envejece y sale caro por su resguardo y mantenimiento.

El Boeing 787-8 de la serie Dreamliner con capacidad para 80 personas y valuado por la Organización de la Naciones Unidas (ONU) en un precio mínimo de 130 millones de dólares estadunidenses, va, viene, lo estacionan, lo rifan, no lo rifan, lo venden, ya merito, hay ofertas, se caen, pero en síntesis nada, nada de nada.

¿Pero qué necesidad? citó claro al siempre recordado “Divo de Juárez”. En diciembre próximo, ya no falta mucho si la pandemia lo permite, esa aeronave cumplirá dos años convertido en un objeto indeseable e indeseado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, que prefiere andar de avión en avión comercial para simbolizar a los ojos del pueblo bueno y sabio su rechazo a las parafernalias propias del poder, así esa sencillez repercuta en otros costos insalvables como el tiempo y los riesgos de incomunicación presidencial, entre otros.

Después de todo como decía un veterano amigo y colega, Jaime Sánchez y Sánchez (qepd), conocido en el medio como Monseñor Sánchez y Sánchez, López Obrador se ostenta como un hombre sencillo del campo, sin malicia cual ninguna. Y así andamos.

El avión se ha convertido en otro más de los dolores de cabeza del presidente y casi casi en un bien maldito, símbolo de los tecnócratas, del modelo económico neoliberal, expresión del mayor boato presidencial en un país donde por décadas hubo gobierno rico con pueblo pobre. Afortunadamente eso ya cambió. Ahora el gobierno vive sí no en la pobreza sanfranciscana sí y cuando mucho en la medianía juarista, una que obliga incluso a recortes y hasta coperachas voluntarias de índole salarial para paliar los duros días de austeridad republicana que ha recetado la 4T a México, así y eso ya haya costado la pérdida de la posición mexicana número 14 dentro de la economía mundial. A cambio, México vive hoy en un auténtico Estado de Derecho, es más honesto que nunca y feliz, feliz, feliz.

Para bien, el país ya cambió porque la gente ya entendió que puede y debe vivir con un par de zapatos, la ropa indispensable y si acaso un vehículo modesto para “no consumir de manera enfermiza” como se hace en el régimen económico neoliberal, que no es otra cosa que un modelo derrochador, consumista y materialista en opinión del primer magistrado de la nación.

Llegará este jueves el Boeing 787-8 a México, confirmaron fuentes de la presidencia citadas la víspera por el diario El Universal. El rotativo recordó que hace unos pocos días el titular de Banobras Jorge Mendoza, refirió una oferta en abril pasado por el aparato, consistente en unos 120 millones de dólares en efectivo más equipos y vituallas médicas. Argumentó Mendoza sin embargo “razones de confidencialidad” para no abundar en detalles sobre la oferta.

Lo cierto y concreto es que el avión presidencial se ha convertido en un verdadero estorbo y tormento para la 4T desde la asunción de López Obrador en diciembre de 2018. Pronto, como dije, serán dos años de un equipo muy costoso, pero que se desperdicia, envejece y sigue generando costos económicos importantes, curiosamente en tiempos de austeridad.

La historia breve sobre este aparatejo indica que se adquirió el 30 de julio de 2012, bajo el gobierno de Felipe Calderón, mediante un esquema de arrendamiento financiero con el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras). El costo total al momento de la compra fue de 5,213.5 millones de pesos mexicanos, de los cuales el gobierno federal ha pagado unos 1,622 millones pesos.

En abril de 2019 y ante el Senado, Javier Jiménez Espriú, el renunciante secretario de Comunicaciones y Transportes, admitió que si el avión fuera vendido sólo se dejaría de pagar el costo del arrendamiento financiero por la compra.

Así andamos y así seguimos en nombre de la austeridad y bajo el heraldo de la honestidad y el cambio de régimen.

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@RobertoCienfue1