Transcurridos prácticamente seis meses del estallido de la huelga en Notimex, la Agencia de Noticias del Estado Mexicano, uno se pregunta ¿a dónde va, a dónde pretenden llevarla y cuál es el destino final de este medio público de comunicación? hundido en la peor crisis de su historia de más de medio siglo.
Las preguntas arriba planteadas sólo son algunas de las numerosas que deberían contestar los responsables directos de la debacle que causaron a partir de que asumió el mando de la Agencia una nueva administración en marzo del 2019. Es cierto, marcaron un antes y un después en la historia de la Agencia, que pudiera ahora y casi seguramente tener sus días contados. Lamentable, pero entendible. Siempre es mucho más fácil y sencillo, destruir que construir. Esto último requiere esfuerzo, talento, capacidad, honradez y ética profesional.
Ensoberbecidos y embelesados por el poder que les fue conferido, los hoy destructores de Notimex prometieron una nueva agencia noticiosa, una de vanguardia, a la altura de las mejores del mundo de habla hispana. Pero en lugar de cumplir sus promesas y compromisos, después de más de un año de la nueva gestión, México tiene una agencia noticiosa colapsada, semiparalizada por una huelga que se intentó de manera burda e ilegal, desconocer, enfrentada a decenas de demandas laborales, bajo un sindicato charro creado con el evidente propósito de hacer esquirolaje, con pendientes pecuniarios importantes dentro y fuera de México, y absolutamente desprestigiada y sin credibilidad alguna. Nunca habrán de aceptarlo quienes han detentado con más soberbia que eficacia el poder conferido, pero los hechos siempre son más fríos y contundentes que las mentiras y los apetitos que tarde o temprano habrán de asomar a la luz pública con absoluta desnudez.
Los daños propinados a la Agencia aún están por cuantificarse, pero está claro en los hechos, que han destrozado si no toda, buena parte de Notimex que operó por más de 50 años y que constituyó un escaparate noticioso, útil en muchos campos y sentidos. Es una pena, por decir lo menos, que antes que construir una Agencia mucho mejor de la que recibieron, la hayan hundido –insisto- en la peor crisis de su historia. Eso debe tener responsables, y los tiene. Los nombres de los enterradores de Notimex pasarán a la historia un día cuando se documente de manera objetiva, más allá de este momento en que se libra una disputa política y aún económica por lo que resta de la Agencia en un clima de mentiras absolutas que propalan dizque periodistas construidos con idéntica argamasa. Con el poder que les confirieron dejaron ver su real naturaleza humana y profesional.
Insisten claro en eludir su responsabilidad y se victimizan con el argumento de que pagan los costos del cambio que propugnan. Lo cierto es que pagan los costos de su soberbia, incapacidad y mentiras.
Junto con el daño causado a Notimex, expoliaron y humillaron a muchos profesionales, gente que entregó por años su esfuerzo cotidiano. No entendieron nada los nuevos corsarios de Notimex.
Seis meses transcurridos de una huelga en curso y la desvergüenza del poder podrían sintetizar el momento que vive hoy Notimex, en el virtual ocaso de su historia.
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@RobertoCienfue1