México está entrando de lleno a un clima político, económico y social de alta tensión, sin que tal vez muchos cobren conciencia sobre esto, lo que podría resultar aún más peligroso.
En un clima prelectoral ya de suyo cargado, el país entró de lleno el último fin de semana a la competencia por poco más de 20 mil cargos de elección popular. Más de 95 millones de electores están inscritos para votar.
En la disputa se decidirán 500 curules federales, 300 por la vía uninominal o mayoría simple y 200 a través de la vía plurinominal o de representación proporcional.
De igual forma se elegirán 29 congresos estatales, un total de 1.063 diputados. Añada a esto la votación para decidir la titularidad de 15 gubernaturas, entre ellas Baja California, Baja California Sur, Campeche, Chihuahua, Colima, Guerrero, Michoacán, Nayarit, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala, y Zacatecas.
También habrá comicios para decidir en más de 1,900 ayuntamientos en 30 estados, más las 16 alcaldías de la Ciudad de México. Imagine, sólo imagine el tamaño de la disputa por los cargos, o dicho sencillamente, por el poder y sus colaterales. El país estará, de hecho ya entró, en un periodo de alta tensión política y electoral.
Además, en poco más de 24 horas llegará al Congreso federal la iniciativa de presupuesto 2021. Se espera una propuesta austera, comprimida, a la baja pues. El titular de Hacienda, Arturo Herrera, alertó ante los legisladores de Morena hace unos pocos días que México atravesará en 2021 “la crisis más fuerte desde 1932; es casi el peor momento económico para el país en el último siglo”.
Se tratará, dijo Herrera, de un presupuesto “muy cuidadoso, muy prudente, muy responsable, y que requerirá la comprensión y solidaridad de muchos”. ¡Adivinó! Se requerirá “la comprensión y solidaridad de muchos” ante el escenario económico contractivo que se vislumbra para el año próximo.
Con la pandemia todavía encima, imagine usted. La víspera, México llegó a un estimado de casos Covid de 634 mil 23 casos, y 67 mil 558 defunciones. Ambas son cifras de espanto y temor, aun y cuando sabemos que acusan un subregistro, reconocido oficialmente.
Si añadimos las pugnas políticas, atizadas la víspera por la negativa de registro al menos a dos nuevos partidos políticos, entre ellos México Libre y Fuerza Social por México, de los Calderón Zavala y Pedro Haces Barba, respectivamente, pues la tensión escala.
Agregue estimado lector (a) los comentarios hechos por el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien perdona pero no olvida, y que vinieron a incendiar la pradera política. Los comentarios presidenciales, gusten o causen molestia, constituyeron otro rompimiento con las reglas políticas del pasado, cuando un Jefe de Estado reservaba este tipo de opiniones, seguramente conocidas sólo en su entorno más íntimo, pero nunca se emitían de manera abierta y pública. Otra diferencia con el pasado.
De ribete como decimos, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) ratificó la orden de retirar un spot presidencial que alude al Papa Francisco, con lo que validó los argumentos del Instituto Nacional Electoral en contra de la difusión de ese mensaje.
De violencia y crimen, mejor ni hablar. Las cifras alarman tanto como las que describen la catástrofe del Covid. ¿Vamos bien o nos regresamos? ¿Cobramos conciencia? ¿O nos vale?
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@RobertoCienfue1