El gobierno de México, que conste, dijo esta semana que 68 defensores de los derechos humanos y activistas ambientales han sido asesinados durante la actual administración. Se suman los asesinatos, si, asesinatos de 43 periodistas en los casi tres años de la 4T. Son datos del gobierno, insisto.
La crisis llegó a un punto crítico recién al cierre de mayo y en los primeros días de junio, con el asesinato a tiros de tres activistas en incidentes distintos en un mes.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, cuya gestión cumplirá tres años el próximo primero de diciembre, hizo la promesa de proteger a los periodistas.
Hace un par de días, la Secretaría de Gobernación, a cargo de la ex magistrada Olga Sánchez Cordero, dijo que a la fecha, 1.478 activistas y periodistas reciben protección del gobierno. Aun así, nueve de los asesinados estaban bajo el amparo de ese programa de protección. ¿Ni así?
Hay indicios de que varios de los homicidios han sido ordenados por organizaciones del narcotráfico, personas con negocios deshonestos o funcionarios corruptos. El hecho frío y escueto es que muy pocos de estos casos se han resuelto.
La víspera, la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) recordó que hace 30 años, si, tres décadas, fue asesinado el periodista Víctor Manuel Oropeza Contreras en México. El crimen se mantiene en la impunidad. Tres décadas de impunidad, pues.
La SIP llamó públicamente al gobierno de México a poner fin a la impunidad que encubre éste y otros casos de asesinatos contra periodistas mexicanos. Ojalá el gobierno tome en serio este llamado, y no lo confunda con un ataque, crítica o señalamiento en su contra y para socavar su imagen y gestión, y se garantice el cumplimiento del compromiso del presidente López Obrador de proteger a los periodistas en México.
Ojalá que también se impida el asesinato de más periodistas, de todos, aún de los críticos o desafectos al gobierno de turno. Ojalá de igual forma se aclaren los asesinatos de periodistas. Es gravísimo ese índice criminal contra informadores, comunicadores, reporteros, periodistas pues. Y no porque los periodistas sean personas especiales. Nada de eso. Es gravísimo que los maten porque el trabajo que realiza constituye un termómetro crítico del desarrollo democrático de cualquier país.
En este gobierno, los periodistas en general se han convertido en un sector estigmatizado, castigado y hasta repudiado por el poder central constituido. Los ejemplos abundan, pero la creación del esquema semanal “Quién es quién en las mentiras”, refleja una elevada intolerancia a buena parte de la prensa del país. La forma cómo se originó y se ha gestionado la crisis en Notimex, la Agencia de Noticias del Estado Mexicano, es otro ejemplo de intolerancia y flagelamiento hacia empleados y periodistas de ese medio público.
Las descalificaciones casi cotidianas del presidente hacia periodistas críticos al gobierno que encabeza trasuntan un ejercicio excesivo del poder presidencial. No es comparable en forma alguna la influencia que pueda tener un periodista o el poder presidencial. El periodista debe autorregularse solo porque de no hacerlo pone en entredicho su credibilidad, su mayor capital siempre. Y en todo caso, el gobierno y cualquier gobierno, tiene infinitas posibilidades para en forma institucional poner al descubierto la o las mentiras, el o los excesos de un periodista sin dañar o degradar la investidura presidencial, allí sí.
Más aún, ningún gobierno debería ocuparse expresamente de desmentir a ningún periodista. Es tiempo perdido para un gobierno, que sin embargo favorece al periodista al exaltarlo aún con ello pretenda descalificarlo. Resulta en un error.
Y lo peor: la línea entre la estigmatización de un gobierno de o de los periodistas y el accionar de eventuales ataques físicos en contra de sistemas, es excesivamente tenue. Su desdibujamiento siempre será contraria al gobierno, cualquiera que éste sea. Así que será mejor, siempre, preservar los compartimentos estancos de periodistas y gobierno. Esto para garantizar que el buque flote en caso del daño de uno de estos compartimentos.
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@ RoCienfuegos1