Una apuesta más

Si las cosas mejoran, pero sobre todo si la ciudadanía hace lo que debe para protegerse contra el coronavirus, es muy probable que hacia el cierre de este mismo mes, septiembre a más tardar, la pandemia comienza a ceder en México. Es la nueva apuesta del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y de

su gobernante favorita, la doctora Claudia Sheinbaum, a quien ha privilegiado varias veces, la más reciente en la controversia con el subsecretario Hugo López-Gatell, a propósito del semáforo epidemiológico.

Es naranja, ratificó López Obrador en pleno respaldo a Sheinbaum, quien rehusó entrar en una polémica con la Secretaría de Salud federal. Pero no sólo esto ha hecho el presidente en favor de su número uno de cara a la contienda presidencial del 2024, aun cuando el presidente siempre resulta impredecible.

Vea si no. La ciudad gobernada por Sheinbaum encabeza la cifra de personas inmunizadas en el país, con casi 90% de los mayores de edad con al menos una dosis, contra cerca de 60% del promedio nacional. ¿Casual, estratégico? Sin descartar ambas situaciones, es claro que el presidente apapacha con frecuencia a la doctora Sheinbaum, una alumna política aventajada y que sólo muy contadas veces toma el riesgo de asumir cierta distancia del mandatario. S lo hace, si acaso, es sólo para ahondar en la visión presidencial. Sabe que está en juego una eventual candidatura por la presidencia y no quiere correr riesgos, sobre todo cuando López Obrador es un político que tiende a un lazo corto para aquietar usar cualquier ímpetu de su gente colocada en el círculo más cercano.

López Obrador y por supuesto la doctora Sheinbaum están en estos días apostando alto de nueva cuenta con el anunciado regreso físico o presencial de niños y jóvenes a los salones de clases próximo el día 30.

Aun y cuando para una inmensa mayoría de personas comunes y corrientes, es patente que la pandemia escala por estos días, los mandatarios federal y local, una sola mancuerna o fórmula política, tienen otros datos, según los cuales pronto, tan pronto como el final de este mes de agosto o cuando mucho los primeros días de septiembre, podría haber un descenso marcado del número de casos de Covid-19 en la capital y por supuesto en el resto del país.

Si bien es cierto que México ya sumó dos nuevas marcas históricas de contagios de Covid-19, al superar la línea de los tres millones desde el inicio de la pandemia y casi 25 mil en sólo 24 horas, hay expertos diciendo que en poco tiempo más podría comenzar a registrarse un descenso en el número de casos.

Incluso, especialistas y funcionarios prevén que la tercera ola habría ya alcanzado su punto máximo después de 10 semanas de ascenso continuo y estaría comenzando a descender lenta pero firmemente.

Hay datos sobre cómo los casos positivos o las hospitalizaciones revelan lentas pero consistentes bajas que anticiparían la superación de la peor parte de la pandemia.

Autoridades de la Ciudad de México, aún el principal epicentro de la pandemia, saben que hay una desaceleración en las hospitalizaciones por Covid-19, lo suficiente para marcar una tendencia.

El propio Eduardo Clark, titular de la Agencia Digital de Innovación Pública del gobierno de la ciudad, ha declarado que lo peor de la pandemia pudo haber pasado.

Esa consideración de Clark incluyó un llamado para obrar con prudencia y seguirse cuidando con el propósito de evitar un “rebote”.

La cifra de personas hospitalizadas en todo el país llegó a su punto crítico el 22 de mayo, con un registro de 6.457 personas internadas, pero ya bajó a las 5.600 el 22 de junio, una merma del 60% en la ocupación.

En el país hay a la fecha, una ocupación del 44% de camas con ventilador. Aún así México figura como el cuarto país con mayor mortalidad en el mundo después de Estados Unidos, Brasil y la India. Suma 246.203 fallecimientos, 3.020.596 contagios y más de 137 mil casos activos.

Los especialistas confían sin embargo en que, a fines de este mes o principios de septiembre, haya el pico máximo tras la irrupción de la cepa Delta, que rápidamente se convirtió en dominante y saturó más de un centenar de hospitales en todo el país.

Así, la caída se anticipa rápida y continua. Esa es la apuesta de la fórmula AMLO-Sheinbaum. Es posible y, más aún, deseable que la ganen. Por eso es que la Ciudad de México sigue en naranja y también por ello, que el presidente insiste en el regreso presencial a clases, “llueve, truene o relampaguee”. Ojalá ceda la pandemia para entonces porque de no ser así, nomás imagine.

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@ RoCienfuegos1