Vaya fin de semana que sólo constatamos, muy afortunadamente, los mexicanos en general. A la tragedia en la autopista México-Puebla, con saldo de 17
muertos, se sumó el escándalo en Guatemala de la ahora ex titular de Turismo del gobierno de la Ciudad de México, Paola Félix Díaz, y de ribete la boda en la ciudad guatemalteca de Antigua de nada menos que del muy cotizado por estos días titular de la así llamada Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto con la dama Carla Humphrey, ex esposa del panista Roberto Gil Zuarth, quien tiene en su palmarés la gloria de haberse desempeñado como particular de don Felipe Calderón Hinojosa, más tarde Senador y hasta defensor -imagínese usted- del hoy ex gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, quien por cierto acaba de volver de Estados Unidos donde sostuvo una serie de reuniones de alto nivel. Allí nomás, para que le piensen quienes han pretendido, sin eficacia hasta ahora, cerrarle el paso y aún confinarlo en los sótanos fríos de algún penal mexicano, al menos.
¿Qué hacer cuando un vehículo ´pesado y que transita se viene encima de otros en sentido contrario? Poco si acaso o nada prácticamente puede hacerse para impedir la colisión. Eso fue lo que ocurrió en la autopista. Ahorremos los detalles del siniestro por respeto a las víctimas. Sí debe insistirse al menos en exigir la adopción, vigilancia y cumplimiento de normas estrictas en las operaciones relacionadas con el transporte público federal, de carga y de pasajeros. Las empresas de este ramo deberían además vigilar las condiciones de sus unidades, además de la pericia, resistencia física y condiciones de salud de sus conductores. Invertir en esto ahorraría millones de pesos, aseguraría una operación correcta y sobre todo, reduciría al mínimo la incidencia de este tipo de tragedias carreteras. ¿Es mucho pedir? Urge la profesionalización de estos servicios de transporte para salvar vidas, que ya sería bastante.
El episodio sobre Félix Díaz, cuya renuncia aceptó prácticamente de inmediato la jefa del gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, revelaría las tentaciones del poder y la falta se empatía de esta ex funcionaria con los principios y/o convicciones que impulsa la 4T en la capital de la república. Sheinbaum misma dijo ayer domingo que el error o la falta de Félix Díaz fue subirse a un vuelo privado, algo que ni siquiera el presidente Andrés Manuel López Obrador -imagínese usted- hace ni hará este mismo lunes cuando viaje, cubrebocas forzoso, a Nueva York para participar en las Naciones Unidas, donde México asume la presidencia del Consejo de Seguridad. Así, Félix Díaz rompió las reglas de la austeridad, un pecado mayor en la ortodoxia del gobierno de turno.
Sobre el dinero, la mandataria capitalina dijo que éste no pertenecía a Félix Díaz, a quien además consideró una funcionaria eficaz hasta que se equivocó de avión. Esa es la versión oficial, aun y cuando permanecen varias preguntas en torno al tema. Una de ellas es por qué surgió la versión de que el dinero pertenecía a la ex funcionaria y por qué simple y llanamente se omitió declararlo a las autoridades guatemaltecas haya sido de quien haya sido, lo que habría ahorrado seguramente este lío y una renuncia.
Otra pregunta que inquieta es por qué Félix Díaz viajó fuera del país justo el fin de semana en que la Ciudad de México albergaba nada menos que el Gran Premio Fórmula Uno, un evento, que según la Canaco capitalina dejaría una derrama económica de casi 14 mil millones de pesos y sería la punta de lanza de la recuperación económica y del turismo de la gran urbe tras la pandemia del coronavirus. ¿Acaso no implicaba de manera directa a la ex funcionaria este tema? Mmmhh. Suena raro, al menos. ¿Pidió Félix Díaz autorización a su jefa para ausentarse de este magno evento capitalino? ¿Era más importante asistir a un evento privado en Guatemala? Mmmhhh. Raro, otra vez.
Bueno, en este escenario, tuvimos al menos un par de hechos reconfortantes, ambos en el mundo de los deportes. Uno, el tercer sitio de Sergio “Checo” Pérez en el Gran Premio de México, y el triunfo del “Canelo” Álvarez en Nevada sobre el estadunidense, Caleb Plant. Al menos.