Acertijo de los Decepcionados

A once días de las elecciones del día dos -¿habría que añadir junio?-, una parte importante del electorado -según mis

propios datos, pues qué caray- tiene ante sí un acertijo, el archienemigo nada menos que del laureado Batman y su inseparable compañero Robin.

¿Cómo resolverán esta vez millones de mexicanos el gran acertijo a la vista? Sin duda, muchos electores ya decidieron por una u otra de las dos alternativas en la mira, pero hay una franja oculta hasta ahora que tomará un papel clave en los comicios ya hoy a la luz de las previsibles mamparas, el cobijo último del vapuleado, pero estratégico y clave elector.

Aludo a las legiones -si, legiones- de decepcionados, aquellos mexicanos que indignados por el retorno en 2012 del priismo con Enrique Peña Nieto, pusieron la vista en lo que el hoy inquilino de Palacio Nacional denominó “la esperanza de México”. Ese segmento poblacional y electoral al mismo tiempo, decidió confiar en la Cuarta Transformación. Lo hizo asqueado de los nuevos saldos priistas, pero también con la expectativa de que nada podría ser peor. Mas oh sorpresa, pronto esa porción del electorado mexicano constató lo que nunca anticipó: sí había peor. De allí que en las elecciones intermedias del 2021, se manifestó y dio un revés al personaje en el que había confiado. Le retiró entonces su apoyo y le redujo la mayor parte del poder político en la Ciudad de México. Por ello, hoy, tres años más tarde de aquel primer puntapié, se cree probable, bastante probable, que en junio, haya alternancia, la primera en casi tres décadas. Nada descartable en estos momentos.

El segundo segmento de esa franja electoral oculta hasta ahora, sigue agazapado, de manera muy discreta y latente, en el porcentaje del 10 al 15 por ciento, reacio todavía hoy a pronunciarse por motivos o razones que se desconocen. Este sector constituye un reservorio amplio de votos, codiciable hasta para Jorge Álvarez Máynez, no se diga para Claudia Sheinbaum o Xóchitl Gálvez, aun y cuando ambas tengan ya sus propios votantes amarrados. Estamos hablando de entre 10 y doce millones de votos que flotan en el aire. Admito que de ese universo electoral, tan apetitoso para cualquier candidato o candidata en estos días de guardar, una parte permanecerá en el ostracismo y renunciará al ejercicio del sufragio por razones que sólo ellos conocen, pero aún así hay varios millones de votos que flotan en el aire espeso del México actual.

Estos dos baluartes de votantes jugarán un papel clave el dos de junio, tanto que podrían decidir la apuesta del primer domingo de junio. ¿Qué pasará? ¿Hará Acertijo de las suyas? Lo veremos.

Roberto Cienfuegos J.

@RoCienfuegos1