Entresemana (Moisés Sánchez Limón)

En memoria de Rodolfo Rivera Vázquez

Los tiempos que corren. En México hay quienes mueren víctimas del Covid-19, otros por enfermedades asociadas a este mal, algunos por aquellas degenerativas que se comen al organismo paulatinamente.

En aquellos años del “arriba y adelante”, la creatividad y buen humor mexicano se corría de boca en boca respecto de los prohombres del poder, porque la prensa no tocaba al Presidente de la República ni a las Fuerzas Armadas y, ¡válgame !, mucho menos a la Morenita del Tepeyac.

En las mañaneras hay de todo: de chile, de dulce, de manteca y de chipilín. El Duce y sus cómplices que no le replican en lo más mínimo, al contrario: obedientes, disciplinados ensalzan sus mensajes y lo elevan al nivel del Oráculo de Palacio, el transmisor del mensaje de los dioses ¿de la Gran Tenochtitlan? Bueno. 

Cuando el 7 de noviembre de 2014 la conferencia de prensa que ofrecía el entonces procurador General de la República, Jesús Murillo

Y que me dice: qué me dijistes; y que le digo: lo que me dijistes…

El Duce Andrés Manuel es autobiográfico cuando describe e insulta al contrario porque se encuentra con el espejo que no es el de Maléfica que lo elogia y califica único, no, se refleja en el pulido oropel, lámina de latón, el oro de los bobos.