Opinión

A finales del año pasado, en el mercado editorial apareció un novedoso texto cuyo título, El malestar social en la transmodernidad. Estructura y acción social en la sociedad de la incertidumbre (editorial Bonilla Artigas, 2020), llama la atención por las palabras con las que se anuncia: ¿malestar social? ¿transmodernidad? ¿sociedad de la incertidumbre?

Desde luego que este país ha cambiado, y ha cambiado mucho, pero como señalan algunos especialistas, ha cambiado para mal. Y no se trata de denostar las decisiones de quien por ahora detenta el poder presidencial, sino de establecer un antes y un después que le está corroyendo el alma a

“Ojalá los adultos aprendiéramos a sentirnos mirados por los ojos de los niños, cuando menos para que nos tocara el corazón su caricia, y pudiéramos despertar a un propósito de rectificación, ante el diluvio de ineptitudes sembradas”.