Compartiendo diálogos conmigo mismo
HACIA NUESTRA MIRADA INTERIOR, CON LA INMACULADA MADRE COMO ESPEJO DE JUSTICIA ("Iesum, benedictum fructum ventris tui, nobis post hoc exilium ostende. O clemens, o pia, o dulcis Virgo Maria //. Después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente! ¡Oh piadosa ! ¡Oh dulce Virgen María! ”)