Opinión

¡Caray! Como que ningún mexicano se había dado cuenta y, después de tanto y tanto, finalmente nos enteramos de que Su Alteza Serenísima es el simulador grandilocuente de la 4T. 

Es un hecho, el poder de la palabra, un distintivo único y sui géneris de los hablantes, las personas todas. Y, sin embargo, pocas veces, ninguna en otros