Los pendientes de la reforma penal
En el año 2008, propios y extraños se dedicaron a pregonar la aprobación de una reforma que habría de marcar un paradigma en el ámbito de la administración y procuración de justicia en el país. La reforma penal constitucional se mostraba así como la panacea que habría de terminar con las injusticias que se generaban como consecuencia de un sistema penal escrito, arcaico y carente absolutamente de garantías y respeto al debido proceso y a la dignidad de la persona.