El silencio y la furia
¿Y la autoridad? Fue la pregunta más frecuente de la víspera entre centenares, seguramente miles, de vecinos, residentes, viandantes y automovilistas de vehículos públicos y privados del pueblo de Santa Úrsula Xitla, al sur de la capital del país y en la parte baja del Xitle, donde un grupúsculo impuso su ley en perjuicio de todas las personas que intentaran desplazarse en esa vía pública de Tlalpan.