El predicador
De no haberse dedicado a la política Andrés Manuel López Obrador sería uno más de los predicadores que pululan por los polvosos pueblos de todas las latitudes de este gran país tratando de que los lugareños entiendan la palabra de Dios, esa que inventaron los propios hombres para engañar a los incautos poniendo en boca de un ser divino al que nunca han conocido, una serie de preceptos morales que nunca ponen en práctica, pero que tienen razones monetarias suficientes para mantener ese activismo.