Algo más que palabras
Somos un mundo de contradicciones. Quizás deberíamos observarnos más y ver nuestras propias incoherencias. A veces quemamos nuestra vida en inutilidades, no en auxiliar o en ser agentes fundamentales del cambio social, tampoco en repensar la manera de estimular otros horizontes más armónicos o en ver el modo de crecer como seres pensantes, dispuestos a cohabitar, ya no solo estableciendo prioridades que nos pacifiquen, también instaurando alianzas que nos encaminen a una vida plena, donde la justicia y la libertad aniden en todos los lenguajes del alma. Lo que resulta deplorable es la acción de muchos gobiernos, dispuestos a invertirlo todo en armas, aunque después la población sufra una gran inseguridad, tanto en alimentos como en sanidad. Ojalá, en un día no muy distante,