¡Que Conste,… Los Olvidados! 7 julio 2017
En ocasiones no hay nada peor que la esperanza porque en su búsqueda te atrapan y te dejan peor que cuando buscabas algo mejor, así se fue arrejuntando el patrón, don Mario, a otros chicos que tenían hambre y necesidad de buscar otros aires y encontrar un camino a la libertad y solamente fueron guiados a estar esclavos del viejo para vender y estar en una casa encerrados allá en una de las colonias de la capital. Allá por Peralvillo aquel hombre llegaba en su camioneta y montaba a los chicos y sus mercas para que se fueran distribuyendo en las calles para vender chiclets, semillas, caramelos y los niños trabajando como lo documentó el diario Crónica, por esas calles por más de