En este país cada quien adquiere la especialidad que le venga en gana. Y no es que este en contra de la formación profesional de los mexicanos, simplemente es que últimamente hay quienes aprovechando la circunstancia se han dedicado a otro tipo de especialidad: medrar desde la esfera pública y hacer que aquello que antaño se consideraba ilegal o ilegítimo, ahora sea provechoso para asegurar el presente y el futuro, sobre todo de aquellos desvalido a familiares a los que hay que proteger desde ahora previniendo que les puedo era ir mal. El cinismo ha sido brutal, y el resultado bastante lesivo para quienes con nuestros impuestos pagamos las decisiones de esa caterva de funcionarios cuasi delincuenciales en que se nos han convertido los honorables miembros del Poder Judicial.