Opinión



El ex jefe del GDF, Marcelo Ebrard, regresó muy envalentonado, pues parece que ya le perdió el miedo a su mentor y protector político, Andrés Manuel López Obrador, a la arena política nacional, y dio a conocer que pretende ser el próximo presidente nacional del PRD, y de allí saltar a la candidatura presidencial en 2018.

Este desplante retórico de Ebrard es nada nuevo. En repetidas ocasiones ha dicho, sin ningún tipo de vergüenza y sin que le gane la risa, que es de izquierda. Sin embargo, en el mapa político nacional todos saben que Marcelo solamente es un aventurero político que se ha aprovechado de los partidos en los que dizque ha militado.

Solamente es preciso recordar, que desde su inicio en las lides políticas, Ebrard siempre ha estado en la cúpula. En el PRI, ocupó cargos jerárquicos, pero en 1993 lo abandonó. Luego, formó parte del Partido del Centro Democrático que desapareció por chafa, porque apenas obtuvo 32 mil votos en la elección presidencial del año 2000.

En otra de sus extrañas aventuras políticas, Marcelo fue diputado federal por el PVEM, al que inmediatamente renunció y se declaró independiente en la Cámara de Diputados. Actualmente, quiere pelear la presidencia nacional del PRD, misma que utilizará como plataforma política rumbo a Los Pinos 2018.

¿Cómo ven la congruencia política de Ebrard? Por eso, la izquierda necesita un líder nacional y luego un candidato que sea digno representante de esta corriente ideológica, y no un trapecista político que se aproveche de ella, como es el caso de este reciclado salinista.

Dicen los malquerientes de Ebrard, que para lograr la presidencia del PRD, ya se alió con el pillo e impresentable René Bejarano Martínez y los integrantes de la IDN. Nada más falta saber si las demás tribus perredistas lo dejan pasar fácilmente y dejan de lado a un verdadero representante de la izquierda.

Sucedidos capitalinos
Los partidos de oposición en la ALDF aseguran que los legisladores del PRD son los únicos culpables del rezago legislativo que hay en las diferentes comisiones, y precisan que tienen a la “mayoría aplastante” y ellos establecen la agenda de trabajo en el recinto de Donceles y Allende…Por lo pronto los legisladores locales tomarán unas merecidas vacaciones la próxima semana, total los problemas de los ciudadanos pueden esperar….El ex mejor alcalde del mundo, Marcelo Ebrard, es investigado por la Auditoría Superior de la Federación por presunta corrupción en la construcción de la Línea 12 del Metro, en la se descubrió, entre otras corruptelas, un sobre pago de casi 7 mil 500 millones de pesos.

El pasado 18 de marzo se conmemoraron 75 años de la Expropiación Petrolera, ícono del nacionalismo mexicano y de los gobiernos postrevolucionarios. En sendos eventos, tanto los partidos políticos como el gobierno de la República, señalaron su posicionamiento en torno a este suceso, pero sobre todo, expresaron sus preocupaciones con respecto del futuro de la paraestatal. Y no es para menos. Nuestro país es el 8vo productor de crudo del mundo, seguido por países como los Emiratos Árabes Unidos, Brasil, Kuwuait e Irak. Nuestra riqueza petrolera sólo es superada por Rusia, Arabia Saudita, Estados Unidos, Irán, China, Venezuela y Canadá, quienes han desarrollado tecnologías y prácticas comerciales que garantizar tanto su abastecimiento como sus reservas.

Ante esta realidad, México enfrenta una encrucijada en la que deberemos definir la ruta para garantizar el crecimiento de la industria petrolera nacional sin que por ello se pierdan su carácter nacional y la titularidad del Estado sobre la explotación del hidrocarburo, al tiempo que se desarrollan tecnologías para optimizar esos procedimientos y hacer de PEMEX, una empresa competitiva a nivel mundial.

Este tema no se enfrenta, como muchos lo habrán de suponer, desde la simple crítica y la diatriba en los discursos en las plazas. La transformación de PEMEX requiere, indudablemente, de una visión de estado y de un profundo amor al país, pero sobre todo de conocimientos y aspectos técnicos que sólo pueden ser aportados por quienes son expertos en la materia. Aquí encontramos uno de los grandes resabios que es la actualización y modernización del Instituto Mexicano del Petróleo, que desde hace más de dos décadas ha sido una institución improductiva y que, difícilmente ha aportado soluciones para la diversa problemática que padece la paraestatal. Por el contrario, se ha tornado en una pesada carga presupuestal.

Hoy hacemos votos por que la sensatez y el patriotismo se posesionen de los actores políticos que tendrán bajo su responsabilidad determinar una reforma energética que beneficie al país y que, a su vez, permita un mayor desarrollo a las empresas estatales estratégicas encargadas de la producción de energía.

Entretelones.

Mientras el país clama por acuerdos y puntos de coincidencia política, el Presidente Nacional del PRD Jesús Zambrano es agredido por pseudo perredistas quienes le reclamaron su adhesión al “Pacto por México.” Hacemos votos porque esta no sea la tónica que habrá de seguir la izquierda radical en este debate que requiere de seriedad y, sobre todo, de consensos.

@AndresAguileraM

 

Muchas cosas se han dicho en torno a la pretendida reforma legal de la empresa paraestatal más importante del país, y aunque haya consenso entre los diputados y senadores para sacarla adelante, lo más seguro es que habrá movilizaciones, marchas, plantones, denostaciones, encendidos discursos contra la privatización y reclamos, muchos reclamos por la ofensa de atentar contra el patrimonio del pueblo. Hasta ahora pareciera que cada cual tiene una concepción distinta de lo que se debe hacer para darle viabilidad a Pemex, pero nadie ha aportado, hasta ahora, una propuesta que contenga soluciones que dejen conforme a todos. Quizá sea porque no existe, por lo que los inconformes seguirán haciendo lo que bien saben hacer: protestar, protestar y protestar.

Por lo pronto un disminuido Andrés Manuel López Obrador pretende adelantarse y envía a su principal personero, y quizá el único que le queda, a reunir a sus escasas huestes en el Hemiciclo a Juárez en la Ciudad de México, para presentar su propuesta de reforma energética. Martí Batres justificó la ausencia del señor López señalando que tenía compromisos en Tabasco, a donde seguramente se fue a descansar después de tantos agobios que se padecen cuando se pretende conformar un partido político, y encabezaría una marcha en conmemoración de la expropiación petrolera. Ahora ya no quema pozos petroleros, y solamente le queda la encendida verborréica que tantos seguidores le aportara en el pasado. La propuesta presentada por Batres consta de 15 puntos, y aseguró que el Gobierno Federal pretende engañar al pueblo de México. La pregunta que todos nos hacemos es: ¿quienes son los que buscan engañar al pueblo?

Por eso me parece una infamia que haya alguien que pretenda engañar a la gente aduciendo que el Gobierno Federal pretende entregar la riqueza petrolera al extranjero. Muchos dirán que eso es parte del discurso de la oposición, pero no puedo concebir que en aras

de ganar adeptos se engañe de esa manera. No es leal ni ético, aunque pedir lealtad y decencia a los líderes de cualquier partido político es como pretender que las palmeras de coco den racimos de hamburguesas. Si existe un sector al que la mentira le resulta fundamental para sus propósitos es a los integrantes de los partidos políticos, y por consecuencia también a quienes se dedican a la política.

De cualquier forma, los principales ejes de la propuesta ya fueron dados a conocer y van hacia el establecimiento de una nueva estructura organizacional que sea más eficiente y transparente, privilegiar la ética y la responsabilidad social, promover el crecimiento verde, potenciar a la industria petrolera, orientar las inversiones y fortalecer la capacidad de inversión de la paraestatal. Se dice sencillo, pero la mayor dificultad la encontraremos en los sectores radicales que siguen pretendiendo que creamos que el petróleo nos dará esas inconmensurables riquezas que soñamos, por lo que no debemos sucumbir a la tentación de la venta fácil a los extranjeros. Al This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.

 

Siempre ha quedado claro que los prominentes miembros del Partido de la Revolución Democrática ven enemigos en cualquiera que tenga una opinión distinta. Siempre se han asumido como los poseedores de la verdad absoluta aunque ello signifique quedarse solos o apartarse de la discusión y el debate. Pero hay que entender que la llamada izquierda también tiene necesidad de establecer su propia agenda para satisfacer a sus adeptos, o al menos hacer escándalo en la menor oportunidad que se presente. Hasta ahora el protagonismo ha estado por encima de los intereses del país, puesto que en el debate acerca del fuero constitucional la intención ha sido someter al Presidente de la República a los designios de la mendicidad de las oposiciones.

 
 
El pasado domingo, el Presidente Enrique Peña Nieto presentó, a suerte de informe, los logros de su administración a los primeros 100 días de su administración. Si bien enunció una serie de acciones concretadas gracias a la inclusión y negociación política –como la reforma educativa– detalló otras que implican directamente un actuar del Poder Ejecutivo. Independientemente de ello, lo verdaderamente trascendente fue el mensaje concreto que envió a los factores reales de poder: "No venimos sólo a administrar, sino realmente a transformar. Seguiremos moviendo las instituciones, las políticas públicas, los programas y los presupuestos para dar resultados reales y positivos a la ciudadanía."
 
Ciertamente en la última década se estancó el desarrollo del país. Las dos últimas administraciones, por causas y factores diversos, no lograron cumplir las expectativas de desarrollo que la población añoraba tras la alternancia. Las causas y los factores son diversos, pero los hechos son innegables: faltó política y visión de Estado para mantener a la institución presidencial como fuente de cohesión del poder político nacional, sin que por ello se perdiera el espíritu democratizador que dio origen a la alternancia.
 
Hoy los pasos emprendidos por la Presidencia de la República son claros y tendientes a concretar un proyecto político a mediano plazo: transformar a México y recobrar el camino hacia el desarrollo. Para ello el fortalecimiento del poder político del Ejecutivo Federal –que no es otra cosa que hacer uso de todas las facultades constitucionales– es absolutamente indispensable. El papel del Presidente de la República es, por mandato constitucional, fungir en dualidad como Jefe de Estado y de Gobierno, por ello una de sus prioridades es, precisamente, ser el vértice del poder político nacional y  agente generador de acuerdos y consensos para lograr el bienestar nacional. El esperar a que exista un consenso político por “generación espontánea” entre todos los factores de poder, como se pretendió realizar en los sexenios anteriores, sería una total irresponsabilidad. El fortalecimiento de la institución presidencial es indispensable para retomar el progreso del país pues ha sido el único camino en el que México ha logrado mejoramiento y estabilidad, o al menos la experiencia histórica así lo demuestra.
 
Entretelones
 
De conformidad con información publicada en el periódico, en lo que va de la actual administración van 2 mil 351 personas ejecutadas en el territorio nacional. Una alarmante realidad que aún no logra ser superada.
 
@AndresAguileraM

Una de las partes importantes de la reforma propuesta por el Presidente Enrique Peña Nieto en materia de telecomunicaciones es el fomento a la competencia en los medios de comunicación, pero sobre todo la posibilidad de acelerar el traslado de las estaciones de radio en amplitud modulada hacia la frecuencia modulada. Hasta ahora han sido los propios concesionarios quienes se han negado a reducir su presencia en dicha banda al no actualizar su tecnología. La razón es simple, así monopolizan el mercado de la publicidad pues las marcas prefieren insertarse en la FM por las posibilidades que tiene la señal de viajar a mayores lugares, y la calidad del sonido. Para decirlo de otra manera, han sido los intereses empresariales de los grandes corporativos radiofónicos los que han detenido el avance de la ahora propuesta presidencial.

Lo mismo ocurrirá en materia de televisión, telefonía e internet. En países como Estados Unidos la competencia es más libre pues las pequeñas comunidades tienen la posibilidad de establecer canales locales de televisión para satisfacer las exigencias de su localía. En México hasta hace poco el mercado era exclusivo de las dos grandes empresas televisivas, Televisa y Televisión Azteca, quienes permitieron a sus dueños enriquecerse groseramente con un instrumento que es propiedad del Estado y por consecuencia de todos los mexicanos. Quien más ha diversificado sus actividades es el emporio de Ricardo Salinas quien aparte de la televisión ha incursionado en la telefonía y en el servicio del internet.

Televisa también ha venido explotando ese nicho al igual que Telmex, quienes se han convertido en los monopolios que han evitado la libre competencia ya que incluso en su oferta ante las estructuras gubernamentales que dedican al año un poco más de ochenta mil millones de pesos, son quienes se quedan con la mayor parte de los contratos. Una peculiaridad de esta presencia que se antoja impune, es que mientras las empresas pequeñas desarrollan avances tecnológicos que son mejores que los de esas tres empresas, en cualquier momento dicha tecnología es robada y comercializada sin que existan sanciones de por medio.

Hasta ahora han monopolizado el mercado de la fibra óptica y no han dejado que aquellas pequeñas empresas que detentan avances como los llamados “paraguas”, que mandan la señal al aire y la bajan mediante la instalación de antenas, puedan entrar al mercado a competirles. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.

 
Sin lugar a dudas el señor Senador y Coordinador de la Bancada Perredista en la Cámara de Senadores, Don Miguel Barbosa, es un hombre al que le gusta aparecer en los medios de comunicación aunque en la mayor parte de las veces peque de imprudente. Lo importante es declarar y salir reseñado. Sus ansias mediáticas son enormes porque pretende posicionarse dentro del esquema de Marcelo Ebrard en el sentido de que el perredismo tiene que convertirse en el contrapeso natural de las decisiones del Gobierno Federal encabezado por Enrique Peña Nieto. De lo que se trata es de marcar la diferencia porque el proyecto es trascender más allá de Nueva Izquierda para buscar la candidatura a la dirigencia nacional de su partido, y por qué no, a la Gubernatura de puebla.
 
Al hacer un balance de los primeros cien días de la administración del Presidente Enrique Peña Nieto aseguró ver el “resurgimiento de un poder absoluto”. Aparte de senador y aspirante a la dirigencia nacional del perredismo, el señor Barbosa es ahora un consumado pitoniso que observa “signos del resurgimiento de un presidencialismo vertical y del ejercicio de un poder absoluto”. Claro está que esa circunstancia es a lo que aspira cada partido, aunque cuando lo hace el de enfrente es válido confrontarlo para evidenciarlo ante los demás. Si hacemos un análisis del comportamiento del perredismo en la Ciudad de México y en los estados donde aún gobierna, el absolutismo unipersonal de sus gobernantes resulta más que evidente. Nadie en su sano juicio hace un gobierno para perder la votación en la siguiente elección, a menos que sea Ernesto Cordero, quien vaticina que el panismo ganará la próxima elección y la perderá en la siguiente.
 
También dijo que la tendencia impuesta por Peña Nieto se presenta justo en los momentos en que el país necesita y reclama un ejercicio democrático del poder. No sé si entienda la dimensión de su declaración, pero el poder adquiere el carácter de democrático cuando surge de la voluntad de la mayoría expresada en las urnas, y que yo recuerde el PRI ganó en la jornada electoral del primero de julio con una mayoría de más de tres millones de diferencia, lo que legitima al Presidente Peña Nieto para intentar construir un gobierno más eficiente que los anteriores.
 
Si algo debemos resaltar es la capacidad del mexiquense para la estructuración de un proyecto gubernativo en el que se incluyeron las oposiciones porque privilegió las coincidencias antes que las diferencias. Pero si por ello pretende el senador Barbosa que se le cedan espacios en el ejercicio del poder a él o a su partido, habrá que decirle que la legitimidad proviene del voto de los ciudadanos. Peña Nieto ha construido un gobierno de coalición porque las propuestas del panismo y el perredismo están insertas en el Pacto Por México. En función de ello todo lo que diga el señor Barbosa no pasa de ser una mera cita discursiva para ser reseñado en los medios de comunicación. Esa es la finalidad. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.