Expresidentes a juicio callejero
· Seguro cometieron muchos delitos
· Consulta usurpa funciones del MP
· Juicio a quien sea, dentro de la ley
· Respeto a la presunción de inocencia
Información útil para la toma de decisiones
· Seguro cometieron muchos delitos
· Consulta usurpa funciones del MP
· Juicio a quien sea, dentro de la ley
· Respeto a la presunción de inocencia
El poder o los asuntos de gran transcendencia e importancia no pueden ser encomendados a quien demuestra ser incapaz de manejarlos; quien sobrestima sus capacidades personales engañado por la imprudencia, el desconocimiento, la ambición, la inexperiencia o la soberbia, aporta el ingrediente más común en la fórmula de los desastres.
Si de algo se puede acusar a Andrés Manuel López Obrador es que es un mago de los recursos económicos. Hasta ahora muy poco se ha investigado acerca de la presunta donación de la madre de Joaquín Guzmán Loera quizá porque resultaría demasiado evidente que el mayor narcotraficante del mundo haya contribuido a aportar dinero a la causa que durante muchos años mantuvo recorriendo el país para sembrar esa esperanza que hasta ahora se ha convertido en una tragedia.
Hace algunos meses escribimos varias notas sobre las diferencias que se venían profundizando entre las clase media y la dirigencia de AMLO, actividades, proyectos y programas no convencían a los miembros de la clase media que sentían que se les marginaba y golpeaba, que se atentaba en su contra porque al final de cuentas las definiciones de políticas y desarrollo deberían enfocarse a las clases populares, a los más pobres y así, comenzar a dar auxilio a los millones de marginados y explotados, desocupados que por años han sido dejados a la “buena de Dios” IGUAL QUE A LOS CLASEMEDIEROS.
No sé qué hubiese escrito Octavio Paz sobre estos tiempos de dolor e incertidumbre, cito a el premio Nobel por su infinita capacidad para definir el ser nacional, con esa mirada aguda para desnudar a la piel del mexicano, desde el parto mismo hasta el llanto de la muerte y la confianza de que nadie se va de aquí, solo transita al Mictlán.
La crisis sanitaria por la que atravesamos, por la pandemia del virus SARS-CoV-2, —al menos para algunas autoridades— pareciera haber desaparecido los otros problemas que siguen generando graves estragos en la vida de la sociedad mexicana. La violencia es uno de los que, pese a los intentos y distracciones oficiales, sigue estando latente en todos los confines del territorio nacional.
Confieso que cada vez comprendo menos a éste, mi país cada vez más delirante. Vea usted algunos motivos, causas o razones, estas últimas incomprensibles de manera creciente y aun remotamente alejadas de la realidad nacional, plagada de problemas esos sí urgentes que cobran vidas y/o socavan la sobrevivencia de millones de compatriotas ya sea por la galopante crisis de seguridad ciudadana o la precariedad económica, y los despropósitos políticos cuando se perfila una disputa electoral mayor que se peleará en 2021 a dentelladas.