Opinión

La ideología, ese sistema de ideas y de conceptos fundamentales que convertidos en verdades inmutables por un individuo o una colectividad caracterizan su visión del mundo, puede a menudo desvincularse de la realidad, escalar a través de la abstracción y de la atemporalidad hasta los linderos de la utopía.

No es fácil intentar retroceder en el tiempo, pero tampoco imposible. Si de lo que se trata es de mostrar y demostrar que se tienen ideas arcaicas, procedimientos que hace muchos años se ensayaron y no dieron resultados, pensar como lo hacían los gobernantes en los tiempos del partido

Son las diez de la mañana. Juan ha terminado su encomienda en el crucero complejo de la Ciudad de México. Durante ese tiempo sus oídos quedaron atrofiados por el ruido de motores y bocinas ensordecedoras que hacían sonar automovilistas desesperados por avanzar hacia sus destinos; al tiempo que —en el mejor de los casos— ignoraban sus indicaciones, le insultaban y aventaban los carros poniendo en riesgo su integridad, como si su condición de persona no importara por el hecho de portar el uniforme.

En estos tiempos en los que la presencia del crimen organizado como poder fáctico en importantes regiones del país no asombra pero genera zozobra social y pauta alejar de las urnas al elector, es vigente la pregunta: ¿quién mató a Luis Donaldo Colosio Murrieta y quien armó a la mano asesina?