Nuestra patética mendicidad
Me parece que en la Ciudad de México las realidades distan de ser las que percibimos cotidianamente, y que quizá las comentamos sin reflexionar como parte de nuestra habitualidad y fuera de cualquier contexto político porque la sentimos como algo muy nuestro a la vez que nos habituamos a compartirla, lo que nos otorga la posibilidad de mantener armónicamente nuestra individualidad y esa generalidad que nos permiten la