Tradicionalmente me he referido a los problemas domésticos. Los he analizado, desmenuzado y criticado como tiene que ser el trabajo de un periodista de mi estatura, intelecto, y osadía, pero también he propuesto algunas cosas que mi brillante cerebro produce para bien de la humanidad, y en esta ocasión me referiré a algo que viene ocurriendo en el Continente y que me ha tenido cavilando un poco para determinar que es lo que esta pasando por la mente de esos gobiernos de corte populista que se han enquistado y que se han convertido en verdaderos dictadores porque han sometido, sojuzgado, manipulado, y empobrecido a la gente. El populismo es ya una epidemia que conviene analizar y en su caso deponer antes que sigan provocando mayores males en los pueblos de esta América nuestra.